sábado, 1 de diciembre de 2018

El artivismo: el visible devenir de creatividad social





Campaña en contra de la violencia de la plataforma Taller de Bicicletas. 


Nina Felshin curadora, escritora, historiadora del arte y activista estadounidense a través de su libro ‘But is Art? The spirit of art as activism’ considera el activismo artístico como el auge del impulso democrático ya que da voz y visibilidad al que no tiene derecho, y conecta el arte con una audiencia mayor.



Artivismo de JR, manifestación en contra del terrorismo París, 2015.


Por lo tanto, podíamos ahora mismo definir al artivista como un híbrido entre el mundo del arte con el mundo del activismo político y la organización comunitaria, que estimula un empeño quimérico un determinado cambio social, planteando de un modo crítico los problemas actuales que permita que se contemple en su desnudez. Sin embargo, este movimiento hasta donde se conoce, no busca la conformación de un bloque histórico, ni convertirse en punto de referencia teórico y práctico, ni cultivar la lucha ideológica, ni suscitar bases orgánicas para la transformación social, en todo caso, potencia el espacio público como escenario programático y dramático de y para las grandes virtudes cívicas. Ejemplo de ello, lo vimos en la creatividad de los movimientos antiglobalización, en la primavera árabe, las manifestaciones de los indignados en EE.UU, Grecia y España y la caída de gobierno pro-ruso en Ucrania.



Protesta creativa, artivista durante las protestas de Caracas.


Frente a los abismos planteados, el activismo nunca mostró una actitud defensiva, por el contrario, embiste como un ariete. Este carácter también lo tiene el artivismo. Lo opuesto a esto es el Realismo Socialista, movimiento nacido en la extinta Unión Soviética, donde la política hace uso del arte para que este influya sobre la estructura emocional y manipula las adherencias que conectan al pueblo con la institucionalidad que lo representa, estableciendo a la vez, una relación pasiva y de propaganda ideológica en los espacios públicos. Esta práctica política anexada la práctica artística se ha extendido en gobiernos totalitario como el cubano, nicaragüense y venezolano.



Realismo social, Caracas.


Pero también en el siglo XX algunos artistas se hicieron eco de la importancia de incidir en la vida a través del arte, lo palpamos con El Guernica de Picasso pintado en 1937, donde se denunciaba el bombardeo a la ciudad de Guernica durante la Guerra Civil Española. El arte se convertía entonces en una plataforma para hacer la denuncia y la crítica como también lo hicieron movimientos de artístico como el formado por los expresionistas alemanes al expresar a través del arte que aquello que no funcionaba bien, ellos se fusionaron con la vida y se colocaron su arte al servicio de todos. Actualmente, muchos artistas urbanos como Banksy que son difíciles de interpretar, porque si bien sus acciones están fundamentadas en las reivindicaciones y la protesta, cada vez son más los que opinan que detrás de este personaje hay un artista con grandes dotes mercantiles.



Protesta creativa de Dale letra y el señor del Papagayo, Caracas.


Ahora el artivismo es materia de conferencias y artículos, tema de exposiciones en museos y de proyectos comunitarios patrocinados por instituciones, debido a que este se muestra una preocupación por los derechos civiles, tratando temas como la violencia contra las mujeres, el sexismo, racismo, preocupación por el medio ambiente, entre muchos otros. De la misma manera en la que se interviene con la política y la economía de algún lugar. No hay dudas, que esta práctica está al servicio de las necesidades de la población y sus proyectos se hacen colectivos porque entienden al arte como relación social, intervenciones artísticas en el consumo, guerrilla de la comunicación, formas creativas de movilización y protesta, para ello utiliza nuevas narrativas capaces de alterar los códigos y signos establecidos.



Activista del movimiento antiglobalización, Nueva York.


Las revoluciones modernas siempre estuvieron como aliadas a la calle, siempre hará falta arte y ciudadanía para nutrir las calles, sobretodo, más que la política hace falta espacio para el arte, lo humano y el hecho público. Los artivistas no crean revoluciones a pesar que suelen invocarlas, ellos otorgan visibilidad y riesgo, crean controversia y provocación con sus mensajes llamativos de denuncia y protesta, generando consigo un debate público en los espacios públicos donde pretende hacer partícipe a las grandes audiencias. Estas acciones suelen provocar una reacción crítica inmediata ante una problemática actual, las situaciones sociales y orientaciones políticas.





Activistas AnimaNaturalis, Barcelona.


Los artistas o los colectivos por lo general hacen uso de culture jamming (1984) porque están desbarata el mensaje de las instituciones predominantes como reacción contra la conformidad social. A menudo se le considera parte del subvertising - otro híbrido formado por “subvert” y “advertising”- decidido a darle la vuelta a la publicidad parodiándola. De hecho, un buen “subvert” reproduce a la perfección el aspecto del objeto subvertido, hasta que la audiencia se da cuenta del mensaje que trae consigo.



Activistas de Masa Crítica, España.


El amplio imaginario de nuestras sociedades provoca la aparición de comunidades y subjetividades inesperadas, que se unen con fines determinados. La única obra que jamás haya caminado por las calles es la metáfora, la que permite a percibir, sentir y ser consciente de ser reconocido por las estructuras económicas, sociales y políticas. Todo eso se llama artivismo, que es más que una combinación entre arte y activismo, es el derecho que tenemos todos a aparecer y a disentir.





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