lunes, 10 de diciembre de 2018

De las ratas de Blek a las de Banksy.











En una pasada nota comentamos la autodestrucción de la obra de Banksy que previamente la casa de subasta Sotheby’s de Londres había vendido en algo más de un millón de euros. Esa acción a claras luces, le mostraba al mundo cómo este enmascarado artista del arte callejero que subvertía las calles deja de ser un marginado para formar parte del pomposo mercado del arte. De hecho, y sin ánimo de sancionar a Banksy por abandonar sus propios ideales, suponemos que ahora la subversión está de moda y es un objeto de decoración de diseño contemporáneo para el hogar que se encuentra a la venta en IKEA. Lo triste, es que esas acciones irreverentes que llevaron a Banksy al estrellato del arte urbano, sigue siendo los ideales que inspira a muchos artistas urbanos condenados por vandalismo.  










Afortunadamente, Banksy fue honesto al afirmar "que cada vez que pinta algo y cree que es original, se da cuenta de que Blek le Rat lo hizo mejor que él y veinte años antes", algo que es muy cierto. Porque podemos observar que Banksy transcribe obras de Blek le Rat incrementando el enfoque estético, visual y figurativo, a la vez, notamos como referente los mismos conceptos creativos utilizados por Blek. Ambos artistas utilizan el esténcil, como también persiguen la realidad a través de mensaje subversivo y la denuncia donde coinciden en condenar temas como la guerra, la inmigración, la pobreza, la alienación de la sociedad a través de un lenguaje directo y de fácil comprensión, desde luego, están las ratas. Lo que deja claro, que para entender el trabajo y la evolución creativa de Banksy es necesario pasearse por la inspiración artística en Blek le Rat.










En cuanto a Blek le Rat, empezaremos por decir que este parisino nacido en 1952 tiene la paternidad compartida del Street art de este planeta, es el pionero de la técnica del esténcil durante la década de los 80 y que su vida, a diferencia a la de Banksy, no tiene ningún misterio. Su nombre es Xavier Prou, y su apodo surge por Blek le Roc, una serie de cómics italianos sobre la guerra civil estadounidense, y un juego de palabras entre rat y art. Es importante, señalar que este artista tiene el privilegio de ser uno de los responsables, sobre todo, en Europa, de que el arte dejará de estar ligado a los museos y galerías de arte.










Blek creció en un barrio privilegiado, en el seno de una familia culta y estudió en un colegio privado de prestigio, su aprendizaje en grabado, litografía y pintura viene de la Ecole des Beaux Arts de París. Sus estudios en arquitectura lo realizó en L’Ecole Nationale Supérieure des Beaux-Arts y este le ayudó a entender la ecología urbana. Como irreverente burgués se vio influenciado por profesores trotskistas que lo encaminaron por el sendero de la política y la conciencia social. Su encuentro con la técnica de la plantilla, se debe a que esta fue utilizada como herramienta de propaganda en las revueltas parisinas del 68 donde la Ecole des Beaux Arts jugó un papel importante, a esto se le une y como el mismo Blek afirma, el hecho de haber conocido la técnica en Padua, en un viaje con sus padres a principios de los 60 donde observó el resto de la propaganda política de la segunda guerra mundial la efigie de Mussolini ejecutada con plantilla, como también la venida del movimiento punk y las serigrafia colocadas en la calle por el artista  Enerst Pignon – Ernes de mediado de los 70.









Blek conoció el graffiti en una visita que realizó a Nueva York en 1971, una experiencia que dejó una importante huella en el artista, también es probable que este artista tuviera conocimiento de las intervenciones del Proyecto Rat Patrol de Christy Rupp, que a partir de 1979, pego imágenes de las ratas por Nueva York, lo cierto es, que diez años después, trató de emular el graffiti neoyorquino en las calles de París a partir de 1981 con el ideal de la democratiza el arte.




Proyecto Rat Patrol de Christy Rupp




Las obras de Blek se popularizó a partir de la publicación de Le Monde en noviembre de 1986 por un artículo titulado L’ecole de Blek le Rat (La escuela de Blek le Rat). estas obras se distinguieron por su sátira y su fuerte carga social y política, sin descuidar la exaltación de la belleza. Para aquellos 80 la presencia de arte urbano en la calle era escaso, no obstante, París fue invadido por el graffiti en los 90 con más intensidad que otra ciudad europea, ante esto, y el notable cambio del clima social, Blek se desvanecerse de la escena urbana que había encabezado.










Podemos identificar en muchas de las obras de Blek al igual que la de Banksy la metáfora de la rata, un pequeño roedor que sobrevive y alienta a tomar el control de la ciudad. En una entrevista que dio Blek al The Independent, dice  “Para mí, esta idea se ha convertido en una obsesión. Se trata de un levantamiento, una señal de rebelión. Es nuestra revolución”.










No hay que ser un exceso conocedor de arte urbano para ver el paralelismo existente entre las obras de Blek y la de un opulento y mediático Banksy. Pero no es disparatado decir que gracias Banksy las obras de Blek han sido reivindicadas, porque es un hecho, la presencia mediática y su incorporación al mercado del arte de las obra coleccionable de Blek, que consiste en cuadros ejecutados con plantillas equivalentes a las usadas en su obra de calle entre otras obras gráficas.la ironia es que de ser el artista que provocó que el arte dejará de estar subyugado a los museos y galerías de arte, ahora estas piezas se han mostrado en museos tan emblemáticos como el centro Pompidou de París, a lo que se debe agregar que la afamada editorial especializada en arte y libros ilustrados Thames & Hudson publicó un volumen monográfico sobre Blek en mayo de 2008, por lo tanto, no hay ninguna duda que ahora mismo Banksy y Blek comparte algo más que ratas.








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