Luego de la algarabía mediática
de la obra que se autodestruyó al finalizar la puja en la casa londinense
Sotheby's, la compradora del ‘banksy’ titulado Niña con globo, confirmó
que se queda con su adquisición por el precio acordado de 1,18 millones de
euros.
La primera vez que
Banksy pintó a esta niña lanzando un globo en forma de corazón fue durante una
acción callejera bajo las escaleras del South Bank de Londres. Después, en su
forma habitual de trabajo, convirtió la pintada en serigrafía para su
comercialización. En 2014, autorizó el uso de la imagen para la campaña de
apoyo a la población siria y que luego de haber sido triturada recibió un nuevo
título por parte del mismo Banksy y pasó a llamarse El amor está en la
papelera.
La ironía se adueña del
mundo de arte urbano, cuando una figura como Banksy que está considerado como
el artivista urbano más solidario con las causas globales, el grafitero sin
rostro más conocido del mundo por sus grafismo insubordinado al cualquier tipo
de poder pasa por el filtro del mercado del arte donde sus actos de rebeldía pasan
como travesuras mediáticas al estilo Paris Hilton. Ahora los graffitis de este
artistas así como lo de muchos otros, son hurtados de las paredes en donde se
encuentran para luego ser vendidos, pero también las galerías y el mercado del
arte han visto un buen negocio en el arte urbano, y eso es lo que está pasando en
Madrid porque ahora y hasta el 10 de marzo se podrá ver en el Pabellón 5.1 de
Ifema (recinto ferial de Madrid), por 16,40 euros, las 73 piezas formada por las serigrafías
más famosas, agrupadas por temas y mezcladas con alguna que otra instalación en
la exposición Banksy, Genius or Vandal?.
Esta exposición fue organizada
por la empresa rusa IQ Art Management Corporation y la española Sold Out. Toda
la obra que se exhibe se pondrán a la venta, las obras expuestas en este
recinto (28 serigrafías originales y 45 reproducciones) están valoradas en unos
17 millones de euros. La obra más cara tiene un valor de casi dos millones, es un
enorme graffiti pintado sobre un muro de ladrillo titulado Stop Esso, en alusión
a la campaña que lanzó Greenpeace en 2000 para boicotear a la petrolera
estadounidense por sus efectos nocivos contra el medio ambiente.
Esta exposición
tendrá un carácter teatral al mostrarse bajo una penumbra forzada para que el
visitante se sienta inmerso en el arte callejero y prohibido, algo que parece más
forzado todavía, porque el arte urbano lo que busca es luminosidad, ser visible
y ser aceptado en su mensaje. En fin, esta exposición busca adentrarse a través
de las piezas más conocidas de uno de los artistas más famosos del siglo del cual
se sabe muy poco o no se sabe nada.
Según se tiene
entendido, Banksy no avala este tipo de exposiciones que realiza el mercado
secundario de su obra, esto se desprende porque a comienzos de año, esta misma muestra
que se presenta en Madrid se inauguró en Moscú y, Banksy escribió a un seguidor
en su cuenta de Instagram: “Sabe que esto no tiene nada que ver conmigo
¿verdad?”. En todo caso, sea Banksy esté de acuerdo o no, sea
parte de esto o no, su arte es ahora más parte del mercado que de la calle.
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