martes, 14 de enero de 2020

Entrevista a Douglas Garcia R



Ante el definitivo retiro por motivos de salud de Douglas Garcia del ámbito del arte y artivismo público, decidimos reproducir la entrevista que le realizó la artista Gladys Calzadilla para el blog Artistas Venezolanos el 3 de diciembre de 2012


Desde hace un tiempo queríamos hacerle una entrevista al museólogo, investigador y artista Douglas García R, es decir, entrevistar a la persona responsable de todas las actividades de la plataforma creativa urbana Taller de bicicletas. Para tal fin, solicitamos el apoyo de la profesora universitaria y artista Gladys Calzadilla para que en nombre de Taller de Bicicletas entrevistara a nuestro coordinador, de manera que la misma resultase más imparcial y desde luego, más espontáneas,.. Este fue el resultado.

¿Por qué irrumpir en la cotidianidad del transeúnte?

Y por qué no hacerlo, si Caracas está llena de irrupciones, por todos lados encontramos a vendedores ambulantes o avisos publicitarios que invaden todos los espacios urbanos disponibles y que suelen convertirse en un ruido visuales,.. En el caso de Taller de Bicicletas, las interferencias son experiencias creativas, a medio camino entre arte urbano, la agitación social y de ese performance de herencia situacionista y son absolutamente temporales. Para ello convocamos a la misma ciudadanía, con propuestas sencillas que llaman a la participación, porque las ciudades necesita cada vez más de una ciudadanía creativa, en convivencia y complicidad, sobretodo, que los artistas sean de nuevo ciudadanos, y eso es un buen motivo.






¿Cuál es la diferencia entre Arte Urbano, Arte de Calle, Arte Público?

En la praxis, las diferencias no existen porque todas son expresiones que se funden en el espacio público. Pero entendamos que la calle es una estructura estable susceptible de ser diseñada y el arte de calle puede verse como un diseño. Lo urbano es otra cosa, es el conjunto de relaciones que conforman nuestra manera de vivir, por lo tanto, su entorno es inestable y momentáneo, y por el hecho de ser entorno hay una mayor contribución. En el caso, del arte público, este tiene teorías más complejas, porque no es sólo arte en la calle, es lo urbano, su espacio público, su espacio social, es a la vez, el espacio del suceso, es lo simbólico y lo funcional, lo antropológico, lo ecológico, lo filosófico y todas esas configuraciones urbanas que compone la arquitectura humana de una ciudad, todo eso, son objetos a revisión y posterior compresión. De hecho, el arte público sólo era revisado por las distintas facultades de arquitectura y urbanismo, y eran ellos, quienes determinaban y diseñaban nuestro espacio público, sembrando de monumentos dichos espacios, una práctica que se intensificó con la modernidad y que se le llamó despectivamente “plop sculture”, algo que por cierto, en Caracas se realizó mucho en los años setenta. Ahora mismo, esa práctica es anacrónica porque la urbanofilia ha alcanzado a todos los urbanitas que ahora son arte y parte de cada espacio urbano. En definitiva, el arte público ahora es materia de estudio para facultades del arte, filosofía, sociología, en fin, no hay revoluciones sin calle, todos y cada uno somos participes del arte en nuestra ciudad.

¿A lo largo de tu trayectoria que te hizo elegir el Arte Público?

Cuando me gradué en la antigua Reverón, mi vocación siempre estuvo dirigida a la museología. De hecho, coordiné por varios años el premio de arte Salón Juan Lovera, pero cuando hice el post grado en museología en España y el doctorado en “Nuevas tendencias del arte contemporáneo” con el catedrático Miguel Molina, quien por cierto vino al país a dictar cátedra de arte sonoro, me enteré a través de ese doctorado, que el graffiti nace en París en el año 63 y que los parisinos reivindican el arte urbano como parte de sus muchos legados a la historia del arte, además, percibí que los europeos son muy respetuosos con sus espacios públicos, y a pesar de ese respeto, los espacios son espacio activos y no de mera contemplación, entendí que si existe una ideología ciudadanista en el arte callejero, probablemente poco sincera, pero existe. Por todo ello, me cambié de doctorado apuntándome en el doctorado de Arte Público. Gracias a eso y a la museología fui invitado a coordinar y participar algunos festivales de arte público en España, y claro, también me hice artista urbano.

¿Cómo prefiere trabajar individual o colectivo?

Definitivamente, me siento cómodo trabajando en colectivo. Reivindico con ello al arte público como arte social y al activismos a través de las arte como una de las tantas soluciones urbanas. Sobre todo, porque en España siempre trabajé con la complicidad de amigos, incluyendo a la comunidad donde vivía. No obstante, no tengo problema en trabajar en solitario, porque también soy un artista visual, y a mi manera de ver las cosas, la soledad suele mediar entre el artista y su obra.

¿Qué deseas se produzca en el espectador al encontrarse con tu obra?

En realidad, deseo que ellos sean participantes más que simples espectadores, porque el arte público es el “arte de hacer ciudad” y no un arte para la ciudad. Por ello, muchas de nuestras intervenciones como Taller de Bicicletas están basadas no sólo en el arte urbano, también en el reciclaje y en lo social, como bajar esos pendones que gravitan en todos los postes del alumbrado público de la ciudad que tanto ruido visual producen, pintarlos y montarlos de nuevo como una pieza de arte, eso es participación ciudadana. Pero si de deseo se trata, desearía producir en la ciudadanía un estado de bienestar y que personas que no se conocen y que probable nunca más vuelvan a coincidir, se encuentren para hacer lo mismo a favor de la ciudad. Que finalmente, todos tengan una catarsis para llevarse a casa.

¿Qué instituciones o empresas te han apoyado?

Si supieras que no hemos tenido apoyo significativo de sector privado, porque las pocas empresas que se han interesado en nosotros nos han solicitado propuestas que obedecen más al mercadeo de su producto que al arte público y nos negamos a convocar gente para mercantilizar un producto. Recuerdo que en el 2010, la Coca Cola hizo un evento con los pendones que le sobraron del mundial de fútbol para usarlos como soporte para el arte, y claro, pensamos que si nos hubieran apoyado a nosotros con nuestra propuesta de pendones que iniciamos en 2009, los alcances, probablemente, hubieran sido otros, aun así, fue estupendo que sin contar con nosotros, se hicieran.

También, es justo decir, que las instituciones educativas tampoco apoyan mucho que digamos al arte público. En mi caso, tuve que dejar la docencia en la universidad José María Vargas porque la coordinadora general de Arquitectura y Diseño no estaban de acuerdo que mis alumnos participaran libremente en intervenciones en el espacio público. Y es muy triste, que las instituciones piensen más en sus bolsillos que en su ombligo como institución educadora dentro de una ciudad con tantas problemas que necesitan afrontados. No obstante, debo agradecerle en nombre de esos mismos alumnos a la gente de Fundalamas y la dirección de cultura del Municipio Sucre, por el apoyo prestado para realizar eventos como Urbanitas o la interferencia de Petare donde acudieron más de 300 personas y, también al IARTE quienes recientemente nos invitó montar la 4ta edición Urbanitas en el marco de la ruta nocturna de los museos, desde luego, a la  dirección de cultura del Municipio Hatillo. Por lo demás, hemos participados en festivales como Por el medio de la calle y Hatillarte que son eventos edificados para apoyar la creatividad de la ciudad, demostrando que el arte público también es un buen negocio donde nos beneficiamos todos.





¿Cuál es el origen de Urbanitas y su función en el arte venezolano?

Caracas de los últimos años ha estado marcadas por la turbia relación que tiene la ciudadanía con la política. El caso, es que cada día más, nos encerramos en nuestras casas, y es casi, un sueño imposible visualizar una ciudad amable y sin conflicto. Por ello mismo, los ciudadanos se han hecho más dependiente de las redes sociales… Pues, de esas necesidades de espacios públicos y encontramos un aliado tan efectivo como Facebook para hace nuestro evento Urbanitas… Ahora, ¡qué función tiene Urbanitas para el arte venezolano!, pues, sería pretencioso decir algo al respeto, porque tenemos claro, que no podemos transformar a una ciudad a punta de intervenciones. Por lo tanto, sólo esperamos que la historia del arte venezolano en su momento tome en cuenta que Taller de Bicicletas ha sabido unir el arte de los ciudadanos con la de artistas tales como Luis Salazar, Mariantonia Blanco, Hayfer Brea, Fe, Flix, Saz Oner, Muu Blanco, Andreina Acero entre otros muchos, todo con el único fin de retomar los espacios urbanos que por desidia y los altos índice de criminalidad hemos abandonado. También es cierto, que se ve más manifestaciones creativas y ciudadanas a favor de los espacios perdidos de esta ciudad, y así lo demuestran colectivos como Ser Urbano o manifestaciones como Masa Crítica.

¿Tienes proyectos que nos puedas contar?

A decir verdad, mi proyecto es hacer cada día más y más amigos a favor del arte público, porque somos artistas a la vez que somos ciudadanía activa. Creo que si nos lo permiten, podemos hacer mucho arte público y social en espacios urbanos con los distintos factores políticos de una ciudad como la nuestra. En todo caso, tengo o tenemos un proyecto que deseamos retomar y, es que en su momento  había conversado con una galería para tomar el tema de lo urbano pero llevarlo a la ilustración y al espacio interior, de manera, de darle cabida en galerías alternativas, incluso, llevarlo a los museos como se hace en muchas ciudades del mundo, en fin, ya se ha hablado con dos museos... a ver qué pasa.





¿Qué le recomiendas a los que deseen tomarte como referencia y hacer Arte Público?

En lo personal, siento que soy uno mas, no obstante, como investigador he escrito varias cosas sobre Arte Público que afortunadamente han sido publicadas, tanto aquí como España, Colombia, Chile y Ecuador, y que se pueden encontrar por Internet, asimismo, la Plataforma Taller de Bicicletas también tiene muchas referencias publicadas aquí y algunas reseñas en México, Argentina, EE. UU y España, que también puede encontrarse en Internet. Pero la referencia más importante es trabajar creativamente en función de una problemática que se desee visualizar,  en estos últimos años la gente ha entendido que los problemas que padece la ciudad no son problemas teóricos, por lo tanto, hay que activarse y salir a la calle para corregirlos, y es bastante placentero ver que hay mucha gente haciendo de la ciudad un espacio plural y participativo, y eso es una buena noticia. Por ello, Taller de Bicicletas no es la obra de un solo hombre, de hecho, esta plataforma en sí misma es una auto referencia urbana, porque además del aporte de artistas aliados y de ciudadanía, ha tenido el apoyo de muchos coordinadores quienes como Vanessa Avendaño o Esther Garcia han sabido conjugan propuestas y revisar nuevas posibilidades de interferir el espacio urbano de una manera cordial, grata y creativa. Por lo que la recomendación sería, que dejemos atrás tanta teoría o charla sobre la ciudad pasada y la ciudad posible y, volvamos a salir, a bajar de los apartamentos para permanecer en la calle, para sentir, disfrutar, porque la calle debe volver a nosotros.

Mil gracias  Gladys por la entrevista.