domingo, 2 de diciembre de 2018

Keith Haring: 10 años en la calle.









Keith Haring fue uno de los artistas urbanos más deslumbrante de la escena de los 80, su carrera fue meteórica. Sólo le bastaron 10 años para posicionarse y ser recordado como unos de los artistas más importantes del mundo. Este genial artista de dibujar inspirándose en los dibujos animados que veía en la televisión pasó a ser el padre del arte urbano, siendo el primer artista en ofrecer su productos tanto a coleccionistas de arte como consumidores comunes que sin distinción en capacidad económica pudieron poseer una muestra de su obra. Esta diversificación de mercados es muy común hoy en día en el mundo del arte urbano. Haring fue también pionero en el acceso al sistema del arte a través de una previa aceptación popular y mediática, ruta recorrida por artistas como Banksy, Ron English o Shepard Fairey.






Haring estudió arte en la Ivy School of Art de Pittsburgh, donde comenzó a hacer serigrafías para imprimir en camisetas, continuo en la Escuela de Artes Visuales de Nueva York, durante 1978 y 1979, ya en los 80 se da a conocer por los dibujos imágenes hecho con un rotulador directamente sobre anuncios en el metro de Nueva York. Es en esta ciudad que en esos años era epicentro de la subcultura urbana del hip hop y el graffiti, se convertiría en la de la mayor influencia en su trabajo, y donde desarrolló la campaña de arte urbano que le llevaría en definitiva a ser uno de los artistas más reconocido del mundo.







Dibujar con tiza sobre los papeles negros con que se cubrían los paneles publicitarios del metro en los periodos en que no estaban alquilados fue el proyecto público que dio fama a Haring, otros proyectos documentados dentro de lo que conocemos como culture jamming, que es nombre con que se conoce a las tácticas de artivismo posmoderno que distorsionan con humor el lenguaje dominante para volverlo contra sí, fue cuando Haring intervenía directamente los de paneles publicitarios en las estaciones del Metro que la iconografía se hizo conocida. Era una mezcla de figuras humanas, elementos sexuales con platillos volantes, personas y perros, a los que se añadieron más tarde figuras corriendo, bebés gateando, halos, pirámides, televisiones, teléfonos y referencias a la energía nuclear; el tratamiento de Haring de temas como el poder y el miedo a la tecnología sugiere angustia y refleja su inquietud moral.







A pesar, que muchos textos suele involucran a Haring dentro del mundo de graffiti, no es cierto, si bien este artista llegó a Nueva York ciudad cuando el graffiti vivía su Belle Epoque y tenía gran afinidad hacia él, se acercaba por tener este una relación directa con la audiencia, de hecho, su trabajo se distinguía en mucho a la de grafiteros y writers, principalmente, esta diferencia estaba en los dibujos en el caso de Haring son más perceptibles para el público, . Haring fue amigo de artistas como Jenny Holzer,  Fab 5 Freddy, pionero del hip-hop y de Basquiat quien al igual que Haring consiguió la fama a través de sus obras de calle. Haring era también admirador de artistas gestuales como Dubuffet o Alechinsky.







El Metro era el ecosistema urbano preferido de Haring, allí su universo simbólico y gráfico personal encontró empatía con los viajeros que ya reconocían y establecían una relación diaria con ellos. La enorme popularidad del trabajo de calle de Haring entre la gente de Nueva York llamó enseguida la atención del sistema del arte, sus obra no se limitó a los murales, también a la escultura, posters y pintura corporal. Andy Warhol lo adoptó en su círculo, asimismo, las galerías que le dieron a este artista con rostro de cerebrito la notoriedad suficiente para elevarlo a la calidad de estrella Pop y lo establecieron como personaje mediático en todo el mundo. A mediados de los años ochenta, sus grandes esculturas de acero pintado se expusieron en la galería Leo Castelli; en estos años las figuritas que dibujaba en el Metro pasaron a pinturas más abstractas, con las siluetas típicas de los puzzles. En 1986 abrió una boutique, la Pop Shop, en la que vendía sus diseños textiles dirigido a los niños y adolescentes quienes también compraban objetos como las patinetas  customizadas por el mismo Haring.







Haring nunca abandonó las instalaciones del Metro como espacio de confort para sus obras, no dejó de intervenir en estos espacios subterráneos hasta 1986, cuando el éxito comercial de estos trabajo provocó su robo, este fenómeno se viene repitiendo actualmente, ya sabemos que la obra de Banksy y otros artistas que son sustraída de los lugares de donde fueron realizadas. También realizó numerosos murales en diferentes países, en ocasiones sin permiso como es el caso de su obra realizada en el barrio el Raval en Barcelona, la cual fue restituida por el MACBA,  en 1986 pintó un trozo del muro de Berlín. La obra de Haring incorporó contenidos políticos a partir de 1988, cuando conoció su condición de seropositivo. Moriría víctima del Sida el 16 de febrero de 1990.







La Fundación Keith Haring establecida por el artista en 1989, perpetúa el legado artístico y filantrópico de Haring a través de la preservación y circulación de sus obras de arte y archivos, a la vez que le otorga subsidios a los niños necesitados y aquellos afectados por el VIH.






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