"Un
lugar para que algo tenga lugar".
Aldo
Rossi
En
este nuevo siglo, el arte público ha venido reclamando nuevos comportamientos, no
obstante, el recelo existente entre artistas, creadores de distinto perfil
(escultores, urbanistas, diseñadores, paisajistas...) ha arrojado un balance
tan negativo como la propia indefinición (y función) del arte público, a esto
debemos agregar, la falta de criterio de los representantes políticos con
responsabilidades en la administración pública, quienes ha hecho mucho daño a
los espacios público que son entregados a dudosas políticas de ornato y
embellecimiento, que por lo general, terminan con propuestas bastante alejadas
de la realidad de una comunidad. Esta inconsistencia e incoherencia urbanística
y estética, merecedoras de una severa crítica por los malos resultados que han
arrojado, desde luego, afectan a otros proyectos de arte público.
Como
un excelente ejemplo de arte comunitario o de cómo se gestiona un proyecto de arte público a favor de
la comunidad, fue el realizado por los holandeses Jeroen Koolhaas y Dre Urhahn
(Haas & Hahn) quienes después de filmar una película documental sobre
música hip hop en Río de Janeiro en el 2005, y luego, visitar por primera vez a Vila
Cruzeiro, teniendo fe en el poder del arte para mejorar la calidad de vida de
las personas en ambientes hostiles se apoyaron en la fundación Firmeza, organización con sede en Holanda para realizar un proyecto de arte comunitario.
Haas
& Hahn comenzaron el proyecto de pintar la favela en 2006 después de
presenciar la inmensa división social entre las personas que viven en las barriadas
y otras partes de la ciudad, imaginaron la posibilidad de construir un puente
de entendimiento a través del arte en una peligrosa y conflictiva favela de Río
de Janeiro, famosa por sus frecuentes tiroteos y vigilada por cientos de
policías. Desde ese entonces, se involucraron con sus habitantes en la
transformación de la barriada en un asombroso lienzo a través de las varias
entregas de lo que llamarían Favela Painting Project.
Haas
& Hahn se atrevieron a iniciar el proyecto de embellecer las precarias y
apiñadas viviendas con
ayuda de los vecinos, el resultado de esta primera colaboración, pintaron su primer mural que cubría 3
casas en Vila Cruzeiro, realizando un hermoso mural de un niño volando una
cometa, la cual es una imagen habitual en las azoteas de las humildes casas de
la zona. En 2007 volvieron a pintar el Río Cruzeiro con la colaboración con el
artista del tatuaje Rob Admiraal. La pintura tardó 8 meses en completarse, la
idea era pintar el espacio que abarca un área de 2000 metro de una escalera con un motivo japonés de una cascada
llena de carpa junto con los habitantes. Esta experiencia
exigía a los jóvenes se iniciarse en la pintura, acudir a talleres y practicar
antes de ponerse manos a la obra: toda una novedad para un sector de la
población del que nadie se preocupa jamás, Este proyecto crearía trabajo y
estimularía la economía local, además, que le dio a la población de esa favela
la oportunidad de remodelar su ambiente de vida a través de un colorido arte reforma
las casas.
En
2010, Haas & Hahn pintaron para su proyecto Praça Cantão, 34 casas en la
favela Santa Marta, para la cual capacitaron a 25 colaboradores. Por este trabajo recibieron múltiples reconocimientos tales como ser exhibido en varias exposiciones en todo el mundo, como en la Galería Kallenbach en
Westergas de Amsterdam que mostró la Favela Painting Expo en diciembre de 2010, la Bienal Bi-City of Urbanism \ Architecture de Shenzhen y Hong
Kong presentó obras relacionadas con el proyecto Favela Painting en el 2011. En 2011, también el
periódico Herald Sun News de Austrália calificó a la Praça Cantão como uno de
los lugares más coloridos del mundo. El barrio de Santa Marta también se ha utilizado como escenario en la película
estadounidense Fast Five. Este
proyecto se convirtió en una de las atracciones turísticas oficiales de Río. pero aun
Haas & Hahn siente que su sueño de realizar su megaproyecto de intervenir
toda una favela entera con el concurso de toda la comunidad del barrio se ha cumplido.
“El embellecimiento, la creación de una
ocupación y la atención estimulan el orgullo y la autoestima y ayudan a mitigar
brechas sociales de un modo creativo y artístico. Los proyectos son la voz de
los habitantes, influyen en la opinión pública y en los medios de comunicación,
pueden ayudar a cambiar percepciones y eliminar estigmas”, declaran los
autores.
Es
importante, destacar que el gobierno venezolano de Hugo Chávez realizó un proyecto similar sin el mismo
resultado llamado proyecto Barrio Tricolor. Este proyecto populista se dedicó exclusivamente
a pintar, restaurar y recuperar la infraestructura de las barriadas como parte
de una propaganda política bajo el nombre de una ideología y no de una
convivencia, que motivase a la comunidad a transformar la barriada y con ello
su calidad de vida. Es importante entender, que el arte público es un diálogo
espacial pero también social y político, por lo tanto, no se trata acerca de
uno mismo, sino de los demás, no trata de los gustos personales, sino de las
necesidades de los demás. No trata acerca de la angustia del artista, ni la política de un gobierno o la gloria de un presidente, sino de la felicidad y el bienestar de los demás. No
trata del mito del artista, ni de la obra suprema de un Alcalde o un arquitecto sino de su
sentido cívico. No pretende hacer que la gente se sienta empequeñecida e
insignificante, sino de glorificarla con su participación. Y definitivamente, no trata acerca de llenar un vacío existente entre la cultura, la política y el público.
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