La insubordinación de BLU.

Blu es el seudónimo de quien es conocido en Italia como el Banksy italiano, por ser un artista que desde su anonimato se ha dedicado a la denuncia y a la crítica social. Este artista que 1999 entra en la esfera de lo público, realizando en 2009 un polémico mural en la ciudad de Bogotá, donde ilustró un contundente repudio a ese capitalismo que alimenta a la sangrienta industria del narcotráfico.

Este artista natural de Bolonia, capital de la región italiana de Emilia-Romaña, entiende que si bien el art street, nace como un arte subversivo y de denuncia, ahora mismo es un fenómeno de masas que ha derivado en un negocio, donde no solo las galerías sino también administraciones públicas y empresas se han aprovechado del mismo para recalificar las periferias, que como el mismo constató al realizar una intervención para rescatar artísticamente al barrio de Kreuzberg donde viven estudiantes, artistas y una gran comunidad turca de su degradación, pero en cambio, esta intervención se convirtió en un lujoso ornamento dentro de la reestructuración residencial de este barrio berlinés.

Lo mismo sucedería en 2016 en el casco histórico de su Bolonia natal, cuando comenzó la gentrificación de esa zona, por lo que decidió, juntos a otros activistas destruir los murales hecho por él, considerando que el arte urbano no debe ser privatizado, menos a un, de servir de herramienta para los fines oscuro de la especulación inmobiliaria.

Blu, categóricamente, no están de acuerdo en que su arte, nacido de manera ilegal para denunciar las diversas problemáticas políticas, económicas, humanas y ambientales, se vea paradójicamente convertido en factor de revalorización e incluso especulación, asimismo, que su arte pase a formar parte de museos y galerías por ser un arte hecho para todos.

Es importante, resaltar que Blu, fue uno de los muchos artistas invitado a una exposición realizada en el 2008, por la Modern Tate Gallery en Londres, donde participaría con una intervención en la fachada de este museo y no dentro del mismo. En el 2010, hizo lo mismo en el museo para el museo MOCA de Los Ángeles. No obstante, esta intervención fue polémica y luego censurada, por representar ataúdes cubiertos con billetes de dólar, justo al frente al edificio de la administración de veteranos de guerra que solicitó su eliminación, que para disgusto del artista le tocó ver cómo procedían a bórralo.

Está claro, que el lenguajes contemporáneos del arte urbano, definitivamente, se ha incorporado como otras expresiones culturales considerada underground a nuestro devenir cotidiano, y el reconocimiento de este arte en el mercado del arte es una realidad, que muchos artistas ha aprovechado para su beneficio y notoriedad, como también las distintas instituciones que están invirtiendo en esta corriente de arte por su rentabilidad. Podemos indicar que hasta Barak Obama utilizó en sus campaña política, carteles con lenguaje gráfico del artista Shepard Fairey quien disfruta tanto su celebridad, que pareciere ser el Kardashian del arte urbano.

Si analizamos las intervenciones de Blu, quien está considerado dentro de los 10 artistas urbanos más importantes del arte urbano, estas intervenciones están habitada por seres mitológicos, personas, animales y monstruos, que apuntala las distintas reivindicaciones que se desea dejar manifestadas en las obras. Pero el talento de Blu no solo se revela en los murales y diseño gráfico, sino que también maneja con destreza distintas técnicas de animación y videoarte, ejemplo de ello, es su proyecto denominado Muto o Big Bang Big Boom con los cuales ha ganado varios reconocimientos.

                                            

Finalmente, Blu reaparece en el 2019, con un nuevo e inusualmente colorido mural titulado Capita, donde la denuncia muestra a la gente común en su lucha contra un sistema económico y político cada vez más desequilibrado. Pero si deseamos ver más de este artista su sitio web es blublu.org.