miércoles, 9 de enero de 2019

El corazón urbano de París, de Le Marais a Saint-Germain-des-Prés.









No es cierto, que encontraremos ciudades donde el problema de la desigualdad esté bajo control, como tampoco es cierto, que las políticas urbanísticas de todas las ciudades estén colmadas de malignas y demagógicas conspiraciones. Lo que sí es una gran mentira, es creer que el valor cultural de una ciudad se mide a través de sus edificaciones. Afortunadamente, las ciudades dependen de su factor humano, y para que este no sea el corte de su propia herida, esta ciudadanía debe rendirle culto la convivencia y exigir espacios ingeniosos que cultiven la libre expresión, si no es así la ciudad acabara con su propia salud.







Ejemplo de ello, lo encontramos en el corazón de París, concretamente, en la plaza Igor-Stravinsky, a pocos metros del Centro Pompidou, en el barrio de Le Marais. En la pared del edificio que hace esquina con la Iglesia gótica de Saint Merri o la pequeña Notre Dame, se encuentra una de las obras de arte urbano más notorias por no decir la más célebre de la ciudad, la cual podemos observar, si lo deseamos, a través de las esculturas cinéticas y coloridas de la Fuente de Autómatas de Jean Tinguely y Niki de Saint Phalle. Este mural que refleja un gigantesco rostro que nos manda a callar a todos y que debajo de su ojo se destaca la famosa “fléche rouge” (flecha roja) que es la segunda firma y la marca con la que artista acompaña todas sus creaciones, esta obra evidentemente fue titulada “Chuuuttt !!!” (¡Chss!!!), y fue realizado en 2011 por Jef Aérosol, uno de los pioneros del arte urbano francés.








La convivencia entre la arquitectura y las personas se puede percibir a cada metro del barrio Le Marais, donde las miradas curiosas buscan las distintas intervenciones que envuelven edificios y mobiliario urbano que a su vez son apoyados por músicos callejeros. Indiscutiblemente, esta atmósfera engancha con sus encantos a los turistas que buscan esas sorpresas que regala la ciudad luz, así como lo hace con los viandantes amantes del arte público. Dentro del inventario de las obras de este barrio, podemos encontrar a Shepard Fairey, los retratos femeninos en blanco y negro de la alemana Konny Steding, los espejos en forma de diamante del artista franco-suizo Le Diamantaire, los aliens realizado en mosaico de artista francés Invader, las geniales señales de tránsito modificadas de Clet, entre otras intervenciones que poco a poco se han ido sumado a este museo al aire libre.









Al cruzar el río Sena, atravesado la Cite, por supuesto, luego de contemplar la catedral gótica más famosa y una de las más antiguas de París como lo es Notre Dame, llegaremos al barrio de Saint-Germain-des-Prés. Una vez allí, es obligatorio buscar el emblema de la París bohemia como lo fue el hotel D 'Orsay, donde vivió hasta su muerte el mítico cantante Serge Gainsbourg, pues, resulta que en la pared exterior de ese hotel, en el número 5 bis de la calle de Verneuil, podemos encontrar la colorida espontaneidad creativa de los más diversos artistas que a través de esténciles y grafitis rinden honor a este fallecido intérprete de la Chanson. Pero si eres un fervoroso amante del arte urbano tienes que ir  más al sur, hasta llegar al nº 149 de la calle de Sèvres, para tropezar de frente con otro inmenso mural de 27 metros de alto que se encuentra en la escalera de emergencia del hospital Necker - Enfants realizado en 1987 por el artista más transcendental del Pop urbano norteamericano como lo es Keith Haring.







No hay dudas, que el valor cultural más que en los edificios se encuentra en el corazón urbano de la gente que conviven, recrean y reinventan a sus ciudades, desde luego, ese factor humano siempre contará con el sensible patrocinio que le otorga el arte que en la calle hace que la gente se reúna a la vez que sus corazones palpiten.

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