jueves, 29 de noviembre de 2018

Híbridos callejeros de Ludo







Las calles de París como cualquier ciudad cosmopolita están repletas de esa publicidad que como una eficaz herramienta estimulan los sentidos del privilegio y el glamuroso consumo, pero también podemos encontrar vallas intervenidas con imágenes que representan una crítica inteligente y feroz al consumismo y la globalización.




Según reflexiones como la del filósofo Zygmunt Bauman nos indica que uno de los efectos fundamentales de la posmodernidad es equiparar la felicidad con la compra de artículos que se espera generen felicidad consiste en eliminar la posibilidad de que este tipo de búsqueda de la felicidad llegue algún día a su fin. Tal vez este sea uno de los motivos que inspiró a este artista llamado Ludo con su serie “co-branding”, que no es otra cosa que una propuesta marketing guerrilla donde la crítica al consumismo se muestra a través del uso de logotipos de reconocidas marcas comerciales que superpone a sus collages que posteriormente instala en las marquesinas o vallas como si fuese su propia obra la que se comercializa.





Ludo es uno de los artistas urbano parisino más renombrado en Europa. Sus obras son hibridaciones que están estrechamente arraigadas y se siente muy cómodas en la ciudad luz, por lo que no es común ver estas intervenciones en otras ciudades, lo que no indica que sea así porque estas intervenciones han formado parte de muchos festivales urbanos, de hecho, ciudades como Bogotá, Roma, Berlín, Oslo, Shanghái, Tokio, Nueva York, Miami entre otras han sido visitada por las obras monocromáticas de Ludo.






Hablar de las obras de Ludo, es hablar de obras orgánicas, de seres si se quiere distópicos que arremeten contra eso que nos rodea, incluyendo, nuestros anhelos, nuestros miedos y verdades ocultas. Estas intervenciones son seres híbridos en blancos y negras, fríos y desiguales que se contrasta con un único color verde fluorescente. Son collage que muestran la metamorfosis que sufren de insectos y plantas con objetos tecnológicos, armamentos y bienes de consumo, o podemos verlo simplemente como seres fusionados que inquietos revelan una naturaleza en pie de lucha.







Ludo, suele ser llamado como "la venganza de la naturaleza". Se dice que este artista cuestiona el reinado de la humanidad en la tierra y considera que esta perdió el rumbo y sólo busca la muerte. Ya sea que esto sea cierto o no, lo seguro es, que este es el leit motiv que lo mantiene activo e insurrecto por las calles de parisinas. Ya sea en esténciles, paste up, camisetas, las ilustraciones de insectos a manera de aterradoras armas, ilustraciones botánicas fundidas con artefactos tecnológicos o dictadores emplazados en paradas de bus como productos de consumo, es la huella que deja este artista para sorpresa de los viandantes.






Los murales en las vallas examinan vínculos entre el mundo natural y animal, sobre todo, muestra a una sociedad tecnológica que necesita ser montado y desmontado continuamente, no obstante, es importante decir que el lenguaje creativo de Ludo no está subordinado únicamente a la calle, sus ilustraciones son muy apetecidas por las galerías y codiciada por todo aquel que desea llevar un poco de esa rebeldía callejera a la sala de sus casas. Después de todo, la distopía está hecha de la misma materia de la que están hechos los sueños y los cuentos de hadas de una sociedad de consumidores. El dilema de las obras como las realizadas por Ludo, es que de ser una crítica implacable contra la sociedad de consumo, la misma sociedad la doméstica y la transforma en un producto deseable y deseado, En definitiva, las obras de arte tienen eso, es decir, nos recuerda aquello que nos rodea, aquello que se ama, lo que nos afecta y, también refleja nuestra negación colectiva de nuestra quebradiza existencia.






Está claro, que las intervenciones de Ludo expresa ese nihilismo urbano que sienten muchos ciudadanos que estiman que los valores urbanos se han dejado de lado por el consumismo globalizado que propugnan la ausencia de convicciones cívicas verdaderas. Ciertamente, este artista como muchos otros artistas urbanos es un romántico con causa armado de una creatividad mordaz.






Los híbridos callejeros y otras obras de este artista parisino se pueden apreciar en su Instagram como @thisisludo.






miércoles, 28 de noviembre de 2018

Geometrías de Flix: desde Caracas a París.





París recorre el espíritu de la geometrías latinoamericana, todo gracia a la exposición “Geometrías del sur, desde México a la Patagonia”, que es el nombre de la exhibición que se realizará hasta el 24 de febrero del próximo año en la Fundación Cartier para el arte contemporáneo. Esta muestra reúne el trabajo de 70 artistas geométricos latinoamericanos, con una colección de 250 obras que llevan a los visitantes a un viaje por el período precolombino hasta la actualidad, recorrido profundo por el arte moderno abstracto, escultura, arquitectura, cerámica, tejidos, pintura corporal, la abstracción geométrica influenciada por el arte precolombino, la vanguardia europea o las culturas amerindias. Esta exhibición curada por Hervé Chandès, Alexis Fabry y Marie Perennes también cuenta con la presencia del arte urbano de tal manera que se pueda comprender que el desarrollo artístico de la toda la región nunca estuvo aislada de otros desarrollos creativos.


Paolo Gasparini, serie de arquitectura caraqueñas.


Representando a Venezuela encontraremos obras de una de las figuras históricas del arte geométrico venezolano, la escultora de origen alemán Gertrud (Gego) Goldschmidt, con 22 de sus complejos y delicados tejidos en alambre. Estas obras, muchas de las cuales están en préstamo de la Fundación Museos Nacionales, se han reunido por primera vez en París, por lo que Fundación Cartier expresó, “tienen una calidad orgánica que rompe con el rigor formal de la abstracción geométrica para doblar, girar y entretejer el hilo de aluminio, sacando provecho a su flexibilidad para crear formas y figuras irregulares, que integran la transparencia como un elemento escultórico”. A Gego se la acompaña Paolo Gasparini con algunas fotografías incluidas en la muestra de la serie "Arquitectura caraqueña".







Por su parte, arte urbano de Venezuela se siente bien representado por el artista urbano Flix. No es poca cosa, que una intervención urbana sea de quien sea, forme parte de la muestra de una fundación tan prestigiosa como la Cartier, por otro lado, es París, la ciudad cultural, la que valida y la de donde han surgido los más extraordinarios exponentes del arte urbano del mundo como Blek le Rat quien inspiró los trabajo de mismo Banksy, Levalet, JR, Ludo, Invader o Jef Aerosol que a pesar de no ser parisino de nacimiento su obra si lo es. 









Flix es un artista de dilatada trayectoria, su arte es colorido, comprometido con los lugares y definitivamente comprometido con la ciudadanía. Sus obras, habituales de las calles de Caracas, incluyeron tótems que  jamás perdieron ese don de la sorpresa que atrapaba las sonrisas a los viandantes. Flix es un artista alejado de ese culto a la satisfacción inmediata, aquellos que lo conocen saben que este artista siempre sintió que estaba obligado con el espacio público, de hecho, fue el encargado de representar al país en la Bienal de Venecia y lo hizo con una obra extraída y madurada de su dilatada experiencia callejera. 








Flix, el artista detrás de la máscara verde, desde hace un tiempo se encuentra realizando intervenciones por las calles de Europa, con el pasaporte en el bolsillo está buscando la ciudad correcta para echarle un pulso, mientras, eso pasa deambula por las calles del viejo continente buscando en el suelo tapas de alcantarillas para regarle un toque de color como quien regala una sonrisa. La geometría urbana de Flix se aparta de las calles caraqueñas para fija una nueva residencia, pero sin duelo, porque ningún artista está dispuesto al olvido, menos en su ciudad. De hecho, Flix renueva periplo creativo sin domesticar lo díscolo que suele ser el arte callejero, por lo que confiamos verlo en un futuro por estas calle. Cabe destacar que Flix es un gran amigo y siempre será un aliado de lujo de las distintas intervenciones realizada por la Plataforma Taller de Bicicletas.







Sobre la participación en la exposición de la Fundación Cartier de Flix podemos inferir que fue seleccionado para celebrar el arte contemporáneo, a la vez de fomentar ese diálogo entre todas las disciplinas creativas que se exhiben en la muestra, puesto que, la relación visual entre el arte urbano geométrico de Flix no están muy apartado de los patrones y diseños vibrantes de una geometría amerindia llena de cultura, ritos y símbolos, de hecho, en la Bienal de Venecia Flix ya mostraba la analogía entre su obra y el tejido indígena. Por lo tanto, la Geometrías del sur resulta una estupenda invitación, donde si dudas, el arte urbano venezolano se luce en París con este mural geométricos realizado en el muro de la Escuela de Arquitectura en el Boulevard Raspail justo al frente de la Fundación Cartier. A este gran mural externo se le une otro mural interno que Flix realizó en las escaleras que lleva a las salas de la fundación.





Flix y dos de los curadores de Geometría del sur.


La Geometría del Sur, es una muestra que además de exhibir obras, también realiza un nutrido análisis de las diferentes culturas y religiones existentes a lo largo de toda Latinoamérica, estableciendo conexiones que pueda llenar esos vacío que se forman al permanecer en un estado de transformación permanente producto de la posmodernidad. por lo que respecta a Venezuela debemos sentirnos bien representado y por tanto, bien servidos.






Los colores de Bushwick.





Se dice que los murales más espectaculares de la ciudad de Nueva York se encuentran en Bushwick, barrio situado al norte de Brooklyn, donde se ejerce otro modelo de convivencia que día a día se nutre de la diversidad de una comunidad integrada fundamentalmente por migrante y ese nuevo territorio creativo conformado por una fresca colectividad de emprendedores y artistas.






Bushwick es un barrio modesto, donde se pueden observar edificaciones de aspecto abandonado, de hecho, es un barrio humildes que como muchos otros cuenta la historia de la ciudad de Nueva york, debido que a principio del siglo pasado le dio cobijo a inmigrantes alemanes, irlandeses e italianos. Hoy en día, este barrio acoge a una de las mayores comunidades hispanas de la ciudad, pero también, a un número cada vez mayor de jóvenes emprendedores y artistas en busca de alquileres asequibles.







Los cierto, es que Bushwick gracias a la diversidad de lugares gastronómicos y la explosión de color que le ha otorgado el arte urbano se ha convertido en un reclamo turístico, de hecho, una de las pizzerías más famosas de Nueva York se encuentra en este barrio. Asimismo, se ha impuesto esa bohemia tan propia de Europa de las galerías café, en la cual los artistas organizan sus exposiciones, que no es como ir de galerías por el elegante barrio de Chelsea, pero tiene su público. Lo cierto es, que Bushwick se ha convertido en un barrio para el arte urbano, la diversidad cultural y el espíritu emprendedor, al mismo tiempo, ha dejado de lado esa imagen de barrio lóbrego para verse como un barrio excéntrico y progresista que no ha perdido ese carácter urbano neoyorquino que tanto deleita al turista.








En el 2011 se formó el Bushwick Collective, por iniciativa de un vecino llamado Joe Ficalora quien reunió a un grupo de artistas y promotores culturales con la idea de crear una galería de arte al aire libre, para con ello invitar a los más diversos artistas a intervenir los espacios públicos teniendo al barrio como contenedor a la vez de soporte creativo. Este proyecto fundamentalmente buscaba la rehabilitación del barrio, darle vida y hacerlo atractivo, para ello el arte urbano era una estupenda herramienta que solapadamente contiene un homenaje al graffiti nacido en el Nueva York de la década de los 80.







Bushwick Collective, jamás pensó el alcance que tendría esta iniciativa, ahora mismo es una de las principales atracciones turísticas de la ciudad de Nueva York que ya es decir demasiado. En Bushwick se organizan tours a pie donde instruyen acerca arte urbano, igualmente, la gente se acerca por sus propios medios para disfrutar de una excursión callejera donde se apretujan los colores, sabores y la sonoridad latina del barrio, y si es posible, encontrarse con algún artista que esté realizando su obra en directo.






El caso es, que Bushwick es de gran interés para los artistas por tener aún bajos alquileres pero también por los artistas urbanos del mundo que desean intervenir sus muros, por lo que cada año este colectivo cambian los dibujos y habilitan los muros, para darle cabida a nuevos reclamos, lo que ha permitido que los viandantes encuentren murales firmados por notables del arte urbano como Eduardo Kobra, D – Face, Alice Pasquini, Nicho, Leticia Mandragora, Dasic Fernández, Li-Hill, Blek le Rat, Herakut, Stik, Pejac, Beau Stanton, Icy and Sot, Billy Mode entre muchos otros. De hecho, The Bushwick Collective tiene un Instagram donde tiene las imágenes de todos los murales y de los artistas que ha pasado por los coloreado muros de Bushwick.







El éxito suele tener distintos disparadores. Por un lado, se puede observar cómo las prácticas artísticas y nuevos emprendimientos apuntalan favorablemente la realidad económica y social de Bushwick, mientras, por otro lado, el mercado inmobiliario ve un barrio revitalizado por la comunidad, que poseer buena conexión en Metro con la isla de Manhattan y que tiene frontera con el barrio Williamsburg, que se ha convertido en el epicentro de la cultura hipster de Brooklyn. Por lo tanto, es un barrio rentable para capitalizar inversiones que finalmente lleve a la tan temida gentrificación que dispare los alquileres y expulse a los residentes de menos recursos. Desde luego, esta posibilidad produce serias contradicciones vecinales, porque de la gentrificación solo beneficia a pocos a costa de muchos y es común, que los espacios vecinales le cedan el paso a los comerciales que es cuando se pierde la identidad. Lo triste, es que si esto pasa, iniciativas artísticas como la realizada por Bushwick Collective terminen siendo la alegoría de todo lo que se hace bien puede acabar mal.










martes, 27 de noviembre de 2018

Upfest de Bristol

Portada del libro del Upfest



Aprovechando que el libro de Upfest 2018, el mayor festival de arte callejero y graffiti de Europa ya se encuentra en las librerías, consideramos propicio escribir sobre este notable festival europeo que se realiza en Bristol la ciudad natal de Banksy, el artista urbano más importante o al menos más controversial de los últimos tiempos.


The Sunday Times catalogó el año pasado la ciudad de Bristol como el mejor lugar para vivir en Gran Bretaña, y si no es así, debería ser el mejor sitio para pasar el verano porque entre muchos eventos, esta ciudad cuenta con la Bristol International Balloon Fiesta que es el festival de globos aerostáticos más grande de Europa que atrae cerca de 150 globos de todo el mundo y es la fascinación de los espectadores que observan estos enormes aparatos volantes que elegantemente vuelan y pintan al cielo de colores. Por otro lado, los amantes de la música tienen eventos como The Downs Festival que tiene lugar en Downs Park donde se presentan agrupaciones de géneros musicales como el indie rock, rock alternativo, música electrónica y techno, al ser este un festival al aire libre también se disfrutar de la belleza de la naturaleza, asimismo, está The Submerge Festival para los fanáticos de la música electrónica y el arte digital. Esta ciudad además cuenta con festivales de cine, de teatro, gastronómico, etc. Pero entre todos se destaca el Festival Upfest el cual reúne a cientos de artistas urbanos de Reino Unido y el mundo dispuestos a intervenir distintos lugares de los barrios de Bedminster y Southville.







El Festival Upfest que significa Urban Paint Festival, ha sido todo un éxito en convocatoria al contar con más de 40 mil visitantes que se desplaza por todos lados buscando murales y comprando arte en mercadillos a precios asequibles, lo que implica apoyar a muchos de los artistas que han viajado desde lejos para hacer posible su participación en este festival gratuito. También hay escenarios de música y talleres de arte que enriquece esta experiencia urbana. Este festival no está dirigido a los amantes de arte callejero, está dirigido a los amantes de la cultura urbana, por ser este un festival para caminar, para toparse con artistas y el arte en pleno proceso, para degustar en los foodtrucks las delicias gastronómicas de cualquier país, acompañada con una amplia variedad de cervezas o sidras, mientras, escuchan la música de alguna agrupación o DJ quienes se hacen presente en las distintas tarimas dispuesta en la mayoría de parques de estos dos barrios.







Como se dijo al principio, Banksy nació en Bristol y pintó muchísimas obras en los muros de esta ciudad, además lo sigue haciendo, por lo que una visita a este festival sería incompleto si no se aprecia una intervención de Banksy, y es muy fácil, solo se tiene que visitar al barrio de Stokes Croft reconocido en el Reino Unido por la cantidad de arte urbano que hay repartido en cada una de sus esquinas. Este barrio es el equivalente de Bushwick, barrio grafitero al noreste de Brooklyn, NYC, aunque no es para tanto. No obstante, si se va al Upfest es recomendable también hacer un tour por las calles de Stokes Croft.






Según el diario Independent, la ciudad de Bristol ha sido nombrada como una de las cinco mejores ciudades del mundo en cuanto al Arte Urbano y el Street Art se refiere y, esto no se lo debe a Banksy sino a los 10 años que tiene este gran festival y a los miles de artistas que en esos años han dejado sus intervenciones en las calles gracias al festival.  








Desde 2008, Upfest es un festival solidario que se recaudan fondos para la fundación NACOA – National Association for Children of Alcoholics. Asociación que trabaja con niños que crecen en hogares donde los familiares tienen problemas con el alcohol o alguna otra adicción. Pero hay un montón de actividades organizadas a favor de los niños, sobre todo, que cuentan con monitores, incluso, los mismo artistas se presta para trabajar con los niños para que saquen su talento interior e intenten pintar su propio graffiti.

Finalmente, este es un festival para caminar sin rumbo en la búsqueda de que un mural nos sorprenda, un festival para conocer sin protocolo a los artistas detrás de las obras y seguir camino. Pero si eres de esas personas que le gusta organizarse para no perderse de nada, este festival entrega mapas de actuación, donde te ubican y te indican todos los lugares donde hay artistas, así como los nombres de cada uno de ellos. El Upfest de 2018 usaron a Los Simpson en su mapa, la razón es que Matt Groening, el creador de los Simpson ha seleccionado a 3 grandes artistas para representar a los Simpson en Bristol. Entre ellos a Bao de Hong Kong, a Soker uno de los más famosos artistas de Bristol y Nomad Clan. 









Millo: la ciudad de los pequeños gigantes.





No hay dudas que la ciudad es el principal nutriente de la creación artística de cualquier artista urbano, más aún, cuando este artista como es el caso de Millo fue un estudiante de arquitectura aficionado a la pintura y el dibujo, por lo que se podría decir que es un artista que le devuelve el favor a su pasantía por el mundo de la arquitectura dibujando ciudades inundadas por la ficción inocente de pequeños gigantes que juegan, leen, hablan por teléfonos reflejando ciudades lúdicas que se sumergen dentro de la ciudad real, ciudades recreadas que convive artísticamente y se divierte con el único fin de dejar un mensaje positivista a los viandantes.






Este artista italiano está muy activo dentro del ámbito de arte urbano, y es bastante común, que los ciudadanos de cualquier ciudad encuentre en algún edificio el fragmento de una ciudad realizada con trazos simples que si no fuera por la perspectiva, el sombreado y la composición de los elementos se antoja infantil, por lo tanto, es un dibujo caricaturesco, que al ser en blanco y negro es muy limpio. En el caso del uso del color, en estos murales suelen ser escaso, irrelevante, solo sirve para destacar algunos elementos e intensificar el mensaje que en ese momento este artista desea expresar.






Los murales de Millo se gestan a partir de la arquitectura misma de cada uno de los edificios sobre el cual trabaja, ellos buscan un concepto que muestre idealismos, positivismo y otorgue esperanza sin que la composición pictórica pierda protagonismo. Al estar pintado a lo alto y ancho de las medianeras y fachadas de edificios estos murales suelen ser monumentales, enormes ciudades surrealistas que se alimenta del mismo urbanismo donde fue reproducida. Son enormes composiciones realizadas en un espacio limpio y organizado pero donde también se desprende cierto caos. En el centro de la composición siempre encontraremos niños o pequeños gigantes de ojos rasgados y rostros inexpresivos que se deleitan con actividades que combinan candidez y esparcimiento. Si bien los murales a pesar de tener una temática única suelen ser muy distintos unos de otros, no pasa lo mismo con la perspectiva que suele repetirse en todos porque todas las ciudades de Millo son observadas a vista de pájaro, las miradas se sitúan sobre las azoteas, de los aviones sin motor y nubes contorneadas, es una vista aérea que no involucra y distancia al espectador, lo que permite una visión panorámica que produce un efecto en el espectador de que mire hacia abajo mientras contempla al mural mirando hacia arriba, es decir, el espectador es el verdadero gigante de la ciudad.






Las obras de Millo ha recorrido el mundo, puede decirse que cada ciudad importante del planeta tiene un mural de este italiano, de hecho, es un invitado habitual en los distintos festivales de Arte Urbano, por lo que esas ciudades de pequeños gigantes pueden verse en ciudades de China, Australia, Tailandia, Argentina, Chile, Marruecos, España, Portugal, Gran Bretaña, Holanda, Polonia, Lituania, Bielorrusia, Ucrania y, por supuesto, Italia, su país de origen. También ha participado en exposiciones colectivas y muestras en solitario en galerías de Roma, Milán, Bolonia, Florencia, Londres, París, Barcelona, Luxemburgo y Rio de Janeiro. 





lunes, 26 de noviembre de 2018

De Por el medio de la calle y la Ruta de los Museos a la nada.


De por el medio de la calley la ruta de los museos a la nada.

Intervención de la plataforma Taller de bicicletas en PMDLC 2011. 

Como bien sabemos, la ciudad es una sociedad de lugares, un orden de puntos que dialogan entre sí, pero también un conjunto de espacios donde los poderes político-urbanísticos suelen aferrarse al poder para controlar todo lo que acontezca en ellos, y es cuando sentimos que los espacios público están a préstamo de la ciudadanía y a la entera disposición del mercado y los órganos políticos. Lo cierto es, que los problemas sociales que habitan en estos espacios pasan a ser meras retóricas usadas como armas arrojadizas por los políticos durante las elecciones, donde evidentemente, votamos nuevamente por un alcalde que se preocupa más por la arquitectura concreta que por la arquitectura humana de la ciudad, perdiendo con ello de vista la promoción de los valores cívicos que entre muchas cosas permitan la convivencia, mientras esto sucede, los ciudadanos se acostumbran a actividades banales que los encapsulan en lugares de confort y con ello pierden esa vista periférica que solían tener de la ciudad.





Por el medio de la calle, fue un exitoso festival de carácter urbano que enlazó intervenciones urbanas con musicales y viceversa, luego de ocho ediciones fue eliminado de la parrilla cultural del municipio Chacao. Resulta, que este festival que a bases de ensayo y error conjugó azarosamente la arquitectura concreta y la arquitectura humana de la ciudad, tenía su éxito perforado por una feroz crítica vecinal que en definitiva decretó su final, todo gracias, a un alcalde que para ganarse los votos de los vecinos decidió que resultaba más fácil eliminar que corregir, sobre todo, corregir los errores fundamentales que repetían este festival en cada edición, como fue el hecho de verse desbordados por exaltados jóvenes que necesitaban un evento de caracter lúdico para reencontrarse en esta ciudad, a la vez creyeron que este tipo de evento es una patente de corso para los excesos, lamentablemente, la entonces emergente Ruta de los Museos tropezó exactamente con los mismos problemas de orden público, sobre todo, la falta de valores ciudadanos, y aunque se desconoce porque fue cancelado este ultimo, si debemos decir que ni los festivales ni los artistas son responsables de la impredecibles conducta urbana, que la ciudad como colectivo tiene que aceptar, que cuando fallan las estructuras morales de una sociedad, el caos se alimentan de ella y, es en ese momento, que los eventos en los espacios públicos y/o el arte urbano son confundidos como la colectivización de la anarquía y el vandalismo justificado, y nunca se repara en la gestión educativa que tiene la familia, los colegios y desde luego, los gobiernos locales, es decir, las alcaldías.






Cuando se realizó la llamada La Ruta de los Museos, no nos extrañó que nuestros museos nacionales e instituciones culturales afines expandieran sus actividades a los espacios público, lo han hecho en el pasado a través de bienales y otros festivales. Lo extraño estaba, que instituciones con una burocracia estética concebida con fines absolutamente políticos y fundamentados en el dogma socialista, no se desprendieron de la cultura capitalista del ocio y el espectáculo. Por lo tanto, La Ruta de los Museos no fue una estrategia cultural a favor de los museos sino que la cultura nacional no conoce otra manera de hacer las cosas, de hecho, la Ruta desapareció de la agenda cultural, mientras, se mantiene fórmulas ideológicamente más sustentable como el Filven la cual se agradece a pesar de la carga ideologica y otras formulas económicamente más "rentable" para el llamado Suena Caracas. 


Intervención de Taller de Bicicletas en la Ruta de los Museos 2012.

Gracias a estos festivales urbanos, muchos artistas se distanciaron de las distintas instituciones del arte para comprometerse con el debate público, es decir, hacer arte desde la misma ciudadanía, entendiendo cada vez mejor a la ciudad. Este hecho nos obligar a reflexionar ante la idea habermasiana de que lo público en las sociedades contemporáneas no está dado, sino sustraído, por lo tanto su construcción es una tarea. Posiblemente, los artistas cada día se hacen más conscientes que las instituciones museísticas carecen de la versatilidad y la maniobrabilidad necesaria para mantener su indiscutida hegemonía, sintiendo que el arte es un servicio público que sale de cualquier control museal para hacerse presente en las calle, donde conviven con la ciudadanía, exponiéndose directamente al público como una obra que se expone a las inclemencias climatológicas hasta deteriorarse o lo que es mejor, cediéndole la posibilidad a un renovado arte que le otorgue al espacio intervenido una remozada lectura. Aunque no es absolutamente cierto, que los artistas urbanos conservan ese espíritu de vanguardia y de solidaridad grupal que suelen perder aquellos artistas que son arropados por las galerías, es muy cierto, que el uso de la calle ha enhebrado al tejido artístico con el análisis social y que ese espíritu crítico muy propio de las vanguardias y de la legitimación del arte apoya profundamente cualquier iniciativa ciudadana como la realizada en las Puertas Abiertas del barrio el Calvario en el Hatillo. A favor, de los festivales y de los distintos eventos que asumen la calle como un escenario necesario, se podría decir, que los ciudadanos paulatinamente se han acostumbrado a mira con mayor tolerancia al arte urbano, pero también a verse con mayor tolerancia a si mismos. 



Intervención realizada durante el puertas abiertas de El Calvario 2017. 


Ahora mismo, donde había festivales crece la hierba, es decir, Caracas es una ciudad sin festivales notables al aire libre. Esta es una urbe sin eventos masivos que rompan con la cotidianidad citadina, que revisen y amplíen los compromisos con la esfera de lo público a la vez que generen nuevos espacios públicos. Ahora mismo, es cuando la ciudadanía deber imponerse, sobre todo, adelantarse a la ciudad imaginada por los poderes político-urbanísticos, porque los festivales son los espejos de la ciudad, que sin tener que entrar en el dilema de querer cambiar a la sociedad o tener la capacidad de poder cambiarla de verdad son el reflejo que nos muestra la ciudad, el arte y la ciudadanía. Desde luego, estos eventos apoyan por igual a los colectivos ciudadanos y artistas en su proyección, a la vez que apuntalan a cada ciudadano en la necesidad de tomar conciencia de su urbanidad. Por lo tanto, podemos concluir que de Por el medio de la calle y de la Ruta de los Museos pasamos a la nada.





Intervención de Taller de bicicletas en el Puertas Abiertas de El Calvario 2017.



domingo, 25 de noviembre de 2018

El eclecticismo del arte urbano invade al NYX Hotel de Madrid.



Es bastante común encontrar hoteles que han sido ambientados o customizado por un artista, también es común ver hoteles con fachada intervenida por uno o varios artistas como ha sido el caso del hotel Bloom en Dublín o el hotel Reforma en Ciudad de México para citar solo dos ejemplos. En el caso del NYX Hotel Madrid de cadena israelí Leonardo Hotels, es absolutamente distinto, porque son las áreas comunes e interiores de este hotel de 180 habitaciones la que fueron intervenidas por 12 artistas urbanos, quienes según su criterio y línea de trabajo crearon distintas atmósferas que necesariamente tienen que cohabitar entre si, y es allí que este proyecto que estuvo a cargo de Urvanity Projects tuvo su gran reto, que en definitiva era la de suministrar a los espacios y a los huéspedes de NYX una colorida experiencia visual, el resto corre por cuenta del hotel.






Según se desprende del blog All City Canvas este proyecto mural se puede apreciar desde la entrada del hotel con la escultura llamada “SuperEgo” de Samuel Salcedo. Además podemos encontrar el suelo el “Downstairs” de artista E1000, que se trata de una intervención multicolor a manera de escaleras en 3D, que dislocan el tiempo y el espacio. Una vez adentro Ana Beltrá nos muestra una combinación de naturaleza artificial estéticamente bien ejecutada en “Un bosque donde perderme”. Es en este punto cuando las atmósferas de formas y colores comienzan a desencadenarse por todo el inmueble y los huéspedes comienzan a encontrar argumentos en los distintos espacios del hotel, lo que pone de relieve que el territorio artístico el contenedor puede ser el soporte creativo.






En el corredor principal están situadas las “NYX Artwork Chairs” que consiste en dos obras en forma de silla creadas por el artista vigués Nano 4814. No menos importantes son los lienzos de los israelíes Shiri Tarko y Shir Moran, mientras el artista español Amparitto se presenta con un conjunto de casas de pájaro, diseñadas de manera distinta, cuyo significado representa la individualidad del ser y sus necesidades.






La gente de Urvanity toma el primer piso del NYX como un espacio expositivo en colaboración con la galería madrileña Swinton & Grant. Allí también se encuentra una nueva obra E1000, mientras que el patio es el dominio de Doa Oa con una enorme intervención de flores y frutos titulada  “Reforestando y Sambucus Nigra“.






Las escaleras que nos suben a hasta la terraza, dibujan la imagen de una sirena pintada por la artista  Julieta XLF. Una vez en la terraza las flores de Lula Goce y un mural de a manera de papel tapiz  rasgado en las paredes de Add Fuel completan esa estancia que a pesar de estar intervenido es un espacio relajado y sin ruido visual. Por último, es destacable la intervención en el fondo de la piscina a manera de un gran tatuaje cubierto por agua realizado por Sergio Mora. 







El NYX Hotel de Madrid es una actuación creativa a la vez de eclética que muestran los nuevos modelos estéticos de este siglo. Donde queda demostrado que las calles no es el único domino para  el arte urbano porque que este genero de las arte se acomoda bastante bien a los espacios interno, de hecho, los artistas le ponen titulo a sus intervenciones por lo que el hotel hace también la función de galería por lo que en un futuro inmediato tendrá que pasar por el compromiso que trae consigo la conservación de las distintas obras. Pero alejándonos de los futuros trances museográficos de estas intervenciones para mantenerlas en el tiempo, podemos finalizar diciendo que estas intervenciones nos habla de una convivencia que no tiene que ser efectista, en todo caso, podemos catalogarlas como un reflejo del momento creativo por el cual pasa el arte coetáneo, donde la estética habitual de la hostelería y el arte urbano se encuentra y dialogan.