lunes, 23 de noviembre de 2020

El arte urbano y artivismo feminista pierden a una aliada brillante, fallecio la artista Hyuro

 


Este aciago 2020 nos trajo la triste noticia de la muerte de Tamara Djurovic, artista de 46 años,nacida en argentina 1974 y afincada en España desde 2005, conocida como Hyuro, quien falleció en la mediterránea ciudad de Valencia, dejándole un importante legado en sus muros y a otros tantos muros de medio mundo que ahora están de luto. No hay duda, que el legado pictórico de esta artista es de un inapreciable valor porque Hyuro fue una de las pocas mujeres que ha conseguido abrirse paso en el campo del muralismo internacional. Un terreno que los hombres copan y en el que apenas unas cuantas mujeres han conseguido hacerse camino, porque además de talento y motivación hay que tener mucho coraje. Sin lugar a ningún tipo de dudas, Hyuro ha sido una de esas mujeres que en cada mural nos entregó arte e intrepidez.


Si revisamos la trayectoria de Hyuro encontramos que a lo largo de los últimos 10 años, ha recorrido muchas ciudades, desarrollado sus proyectos en su Argentina natal, Brasil, México, Estados Unidos, Marruecos o Túnez,  así mismo como en gran parte de Europa. Pero es en la ciudad de Valencia donde desarrolló la mayor parte o las más importantes intervenciones de su trayectoria. Esta artista ha trabajado en sintonía con los múltiples contextos sociales con los que se ha encontrado. Mostrándose más que como artista como una persona reivindicadora y solidaria con las distintas causas, podemos notar su participación en la primavera valenciana del 2012 y su apoyo irrestricto al feminismo, aunque sus intervenciones ha recorrido toda la península ibérica con sus murales y a pesar, que muchas de sus obras con el paso de los años se han desvanecido, todavía podemos encontrar algunas de sus intervenciones en el centro histórico de la ciudad de Valencia. También se conservan tres de las paredes más icónicas de la ciudad. Un homenaje a Jane Jacobs que pintó en el barrio marítimo del Cabanyal; su participación en el proyecto Sense Murs, en el barrio de la Punta, con la figura gigante de una mujer defendiendo la huerta con tomates; así como su intervención en la fachada del edificio de La Base, en la Marina, donde realizó una de sus conocidas escenas de multitudes.


En 2019, participó en "Murales Interactivos Mujeres de Ciencia" impulsado por la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) y el centro de innovación Las Naves del Ayuntamiento de Valencia, en colaboración con la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades. Considerado mejor proyecto del año de divulgación científica por la Red Nacional de Unidades de Cultura Científica y de la Innovación (UCC+i), incluye ocho murales en distintas partes de la ciudad de Valencia. En esta iniciativa, la artista colombiana Natalia Gallego "Gleo" intervino en el barrio de Nazaret con una obra dedicada a la matemática Katherine Johnson, y Hyuro participó haciendo un mural en el barrio del Carmen homenaje a la urbanista Jane Jacobs. Aparte de estas dos obras, hubo otras dedicadas a la bioquímica Margarita Salas, a la astrónoma, matemática y filósofa Hipatia de Alejandría, a la cosmonauta Valentina Tereshkova, a la oncóloga Ana Lluch, a la oceanógrafa Josefina Castellví y a la ingeniera Hedy Lamarr.


Las intervenciones de Hyuro ha sido un trabajo que al igual que los muros fueron madurando en forma y color. Sus dibujos que al principio era de composiciones sencillas, de un trazo limpio y delator, lo suficientemente contundente para mostrar lo que deseaba expresar, encontrábamos que sus trabajos trataban sobre la mujer, su mundo interior, la situación social, la feminidad, el trabajo o el aislamiento. No obstante, estas intervenciones pasaron a ser más complejas sin perder ese carácter contestatario, paso a paso su dimensiones se agigantaron pasaron a ser más elaborados y seductores.


Los murales de mujeres destacan por el buen uso del color y la fuerza innata que reflejan, pintada a menudo sin rostro, para que todas las mujeres se vieran reflejadas en ellas. Aquellas eran mujeres que con el gesto de sus manos y de su cuerpo muestran que luchan a diario por un espacio equitativo en la sociedad. Pero lejos de etiquetar a esta artista de ser una enfurecida feminista, debemos decir que las mujeres de Hyuro son luchadoras, con un delicado y artesanal discurso reivindicativo, político y de género que le otorga el arte; que nos habla de una realidad o la vida cotidiana de manera creativa.


Hyuro recurrió a los muros no como un panfleto reivindicativo sino como un espejo en el cual se proyectaba a la vez de ser un espacio donde buscarse constantemente como una nueva oportunidad que invitan a los paseantes a un acercamiento. Hyuro es de esas artistas que supo incorporarse a la ecología del espacio urbano para dialogar con la calle con respeto y cariño.

Arte urbano, el muralismo y todos somos afortunados de haber tenido a Tamara Djurovic, porque Hyuro aun permanece en los muros de la ciudad Valencia, ciudad que la adopto como una hija más, algo que Hyuro supo agradecer en cada intervención, en cada ladrillo, desde luego, todas las mujeres con historias feministas que sus pinceles supieron honrar.

Solo basta que la calle la piensen para que Hyuro sea un buen recuerdo. Solo nos queda darle las gracias a Hyuro por haber sido parte de nuestro universo y desearle un buen viaje.


 @h_y_u_r_o 

martes, 27 de octubre de 2020

Entrevista a Susan Applewhite


Encontramos a las artistas Susan Applewhite por Instagram y enseguida nos llenó los ojos con las intervenciones que va dejando por las calles, intervenciones que se mueren de ganas de convertirse en locas carcajadas ante la mirada de una ciudad que observa. Applewhite es una artista que gratuitamente le deja a las  calles una placentera muestra de su creatividad y talento. Por lo que, este blog TDB como amantes del arte que se hace en la ciudad, se puso como tarea, contactar, conocer y entrevistar a esta ciudadana hecha artista que emerge dentro del arte social urbano de Caracas para ser de nuevo ciudadana.

 De antemano, le agradecemos a Susan Applewhite por concedernos esta entrevista, por lo tanto, es muy satisfactorio para todos los que participamos en este blog dejarle con esta entrevista.

TDB.- Para que la gente te conozca, Cuéntanos, ¿cuánto tiempo llevas formando parte de la ecología del arte urbano de la ciudad y dónde te formaste?

Hola, primero que nada, agradecer por estos espacios que ofrecen para poder acercarme un poco más y por otros medios al público.

Mi acercamiento con el arte comenzó a finales del siglo pasado, en un pequeño taller en el que tuve la oportunidad de canalizar, todas aquellas energías y ganas de inventar que revoloteaban en mí.

Mi relación con la calle arrancó a principios del 2017, en esos tiempos donde las circunstancias y las esperanzas nos hacían permanecer en casa, me refiero a las protestas y a la lucha, en la que me vi sumergida todo ese año.

Protestaba en las calles y protestaba en casa creando. Y de ahí surgió la idea de llevar mi arte a las calles.

TDB.- Caracas contaba hace unos años atrás con una buena cantera de artistas urbanos, pero muchos han emigrado, pero por tu apellido pareciera que tu fuera una artista extranjera que vino a renovar el desolado arte urbano caraqueño, ¿eso haces?

Nací en Caracas, soy criollita,  viví mucho tiempo fuera y cuando regrese me di cuenta que amo demasiado esta ciudad, sus desniveles, sus soles y sus verdes. El apellido me toco y me encanta!!!


TDB.- Guardando cualquier tipo de discrepancias, ¿qué diferencia encuentras entre el mundo del arte callejero y el galerístico?

Hoy en día  en Venezuela todo está muy dividido, para exponer tienes que estar parcializado o tienes que tener mucho dinero. En la calle soy libre!!!, expongo donde se me antoje y para todo el mundo. Me gusta llegar a las personas que no acostumbrar visitar museos y galerías.

TDB.- ¿Cómo percibes la escena del arte urbano en Venezuela y que artistas venezolanos han llamado tu atención?

El arte urbano en Venezuela está como está todo en el país, en el abandono, cada vez es más cuesta arriba adquirir materiales y ganas. Pero siempre hay una fuerza, un rayito de luz que te anima a seguir.


TDB.- Como artista urbana ¿qué buscas y qué encuentras con tus intervenciones urbanas? 

Busco distraer, llamar un poco la atención y desconectar temporalmente algunas cabezas.

Encuentro mucho agradecimiento pero también una fuerte carga de sufrimiento, resentimiento y destrucción.

TDB.- Tomando en cuenta el uso que haces del diseño gráfico, te acerca mucho al Pop art, por lo tanto, ¿cuáles son tus referencias artísticas?, y si tienes algún artista urbano particular como referencia, dinos ¿quién y por qué? 

Me gusta el lenguaje de los símbolos y los iconos, tienen mucha fuerza y significado, además de ser muy rápida y fácil su lectura, lo que ayuda mucho a la interpretación del mensaje que quiero entregar. La gente pasa caminando apurada o en carro y es muy poco el tiempo de interacción con la obra.


TDB.- Bien sabemos que la calle impone un sistema de relaciones más directa, algo que es imposible en las galerías y museos, ¿qué te impulsó a intervenir en la calle y qué tipo de relación le propone Susan a la ciudad?

Voy a la calle porque  voy al ciudadano común, al que no tiene tiempo o ganas o curiosidad de acercarse a un museo o galería. Quiero llevar mensajes a la gente o simplemente distraerlos un rato, las dos funcionan.

TDB.- Se dice que un espacio urbano se hace público, a medida que se fortalece la imaginación y la creatividad ciudadana, ¿cómo artistas eres de la que creas o la que recreas espacios?

Más bien yo diría que transformo espacios. Mobiliario que alguna vez cumplía con su función y que pasó a ser chatarra abandonada se transformó en mi lienzo y en mis marcos y ahora son obras de todos.

TDB.- Los espacios públicos son espacios pasajeros, dinámicos, cambiantes, pero sobretodos son espacios democráticos, ¿qué opinión te merece esos artistas que siendo artistas urbanos se apropian de los espacios, incluso, llegan a dañar otras intervenciones que se encuentren dentro de un espacio que ello creen que forman parte su territorialidad?

Somos libres, la calle es de todos. No acostumbro dañar mobiliario ni intervenciones de otros artistas. No soy quien para juzgar porque no sé qué está pasando por la cabeza de nadie y no me gusta decir que de esa agua no beberé.


TDB.- ¿Como artista urbana has contado apoyo institucional? 

Para el arte callejero he recibido mucho apoyo de particulares, tanto de materiales como en el momento de las instalaciones.

TDB.- Caracas es una ciudad con una urbanidad extraviada y altamente polarizada, todo gracias a la política, también es una ciudad desaliñada, llena de monumentos a la desidia como cabinas telefónicas inoperativas o paradas de autobuses y vitrinas publicitarias en ruinas que no se utilizan, algo que, sin dudas, le trae más ruido visual a una ciudad ya ruidosa. ¿Cuál es, tu postura artística, la de hacer visible estos monumentos o tenerlos como excusa plástica para realizar ingeniosas intervenciones  y cuál es el mensaje detrás de tus intervenciones?

Mi intención desde el principio fue darle vida a estos monumentos abandonados y destruidos que hablan solos, en ellos hay tantas historias y tantos recuerdos, que además de ser el marco perfecto para mi obra son un complemento para ella.

Los mensajes varían según mi estado anímico y emocional, muchas veces hablan de como mi interior afecta mi funcionalidad y otras  de como las circunstancias determinan mis emociones. A veces los mensajes son directos y contundentes y otras son más light. No hay reglas, tan libre como lo que quieras pensar.

TDB.- Por lo general, son pocos los artistas urbanos que cambian su propuesta porque pierden la firma con el cual los identifica la gente en la calle, tu propuesta es muy neo Pop ¿tienes una propuesta aparte de la que expones en las calles caraqueñas?

            No me etiqueto con ningún estilo ni con ninguna técnica, todo lo que pasa por mi cabeza busco la manera de expresarlo, a veces sale una valla para la calle, otras un post digital o a veces ensamblo algo. Trato de no limitarme, a veces canto, no muy bien, pero canto.


TDB.- ¿¡Qué está por venir!, qué proyecto tienes en mente Susan Applewhite?

Quiero salir un poco de Caracas, quiero ampliar mi diámetro expositivo.

 

Un día a la vez.

Applewhite


 Muchas gracias @susan_applewhite, nos vemos en la calle.


jueves, 8 de octubre de 2020

Colorear la ciudad sin salirse de la linea

 

Faro de ajo, Cantabria, intervenido por Okuda.

Encontramos un artículo en la sección Icon design del diario español El País, del mes septiembre, escrito por Marc Luelmo, titulado "Dónde acaba la obsesión española por colorear edificios: de Okuda a Boa Mistura", en el cual básicamente tocaba el tema de lo que denomina "vandalismo institucionalizado, desde luego, la falta de criterio en el arte urbano español".

En los 80's, el arte urbano ciertamente se hizo invasivo, porque más que ser una expresión artística que captó el interés de la gente joven que vieron en este grafismo una manera de manifestarse, también se convirtió en una manifestación social que abarcaba varias luchas, por lo que se aplicaron fuertes medidas en Norteamérica para reprimir este arte al cual fue considerado vandálico y en muchos casos extremista. Estas medidas fueron empujando al arte callejero de la ciudad de Nueva York en la costa este a la costa oeste, a la ciudad de Los Ángeles donde el Wildstyle se hace más ecléctico y codificado, al vincular la cultura punk californiana a la vez del hip hop de los barrios marginado afroamericano lo que derivó en el N.W.A. y sin dejar de ser invasivo conectó con la cultura Chicana y Skate, por lo tanto, es un arte flexible e incluyente.

Graffiti de Gerard Zlotykamie

Durante esa década 80's, el arte urbano viaja de vuelta a las ciudades europea, y decimos de vuelta, porque hay registros del intervenciones urbanas que data de los 60, como la del artista francés Gerard Zlotykamie alias Zloty que Junto a Daniel Buren y Ernest Pignon-Ernest, fue uno de los iniciadores del arte urbano en Francia de hecho hay graffiti de Zloty que data de 1964. En la ciudad de París el arte callejero se explayó con un renovado perfil, desde luego, alimentado por el carácter contestatario del mayo francés y la poética del situacionismo, otorgándole a este arte una generación interesante de artistas como Blek le Rat o Jef Aerosol quienes cuajaron muy bien dentro de la cultura urbana de la ciudad luz. En el caso, de Inglaterra este arte alcanzó su cumbre en Bristol, la ciudad de Banksy, ésta ciudad dominada por la clase media trabajadora encabezaría el inventario de las principales ciudades europeas con mejor cultura para el arte urbano, de hecho, allí se celebra  uno de los festivales europeos más importantes para el arte urbano. Para muchos investigadores, el arte urbano en esta década reconecta con las distintas tendencias artísticas de la modernidad por lo que deja de lado el carácter panfletario y tiende más al arte mural.

Mural Hondarribia, una pequeña localidad costera guipuzcoana

Ya en los 90's, notamos que el arte urbano da un paso al lado de la clandestinidad al ser este más tolerado, incluso, podríamos afirmar que el arte urbano pasaba a ser un arte institucionalizado, mejor dicho, pasó a ser arte absolutamente mercadeable y resultó bastante snob, por lo tanto, los artistas urbanos que furtivamente intervenía los espacios públicos, pasaron a ser celebridades alabadas por yuppies, hipters en galerías y museos. Los hipters que es una subcultura urbana que proviene de la clase media,  y  que nace en los 50's y renace a finales de los 90's son los más afines a esta manifestación por ser  amantes de los espacios culturales, de la creatividad y la tecnología. Ellos fueron quienes aceptaron y más se involucraron con la cultura del graffiti al trasladarlo a sus propios intereses, si bien, esta subcultura no tiene un vínculo directo con el arte urbano, suelen apreciar este arte urbano porque los conecta con su devoción a lo retro y la nostalgia, además se valen del este arte para ornamentar y gentrifican los espacios urbanos.

En este nuevo siglo son las administraciones municipales las que permiten y promueve actuaciones murales, que dicho de paso, que suelen resultar ajenas a edificios y a vecinos. Es que el poder político, entendió los buenos resultados que trae consigo darle un poco de color al paisaje gris de una ciudad, además esto de colorear como decisión política es muy rentable, es decir, podemos pintar la ciudad pero sin salirnos de la línea.

Mural de C215, Tudela.

La recuperación de los espacios públicos por medio de murales conlleva a una instantánea y favorable instagramización, pues, cada foto de un mural contendrá el hashtag con la localidad y el espacio recuperado. Según indica algunos sociólogos que esto también es una forma de perversa turistificación donde, de nuevo, los vecinos son los de menos. Un mural recién pintado tiene un efecto inmediato en las redes con fecha de caducidad, porque la cultura visual necesita cambios de ciclo, si no pasara a ser un nuevo ruido visual cuando este mural se consuman por  sí mismo y, a medida que se multiplican estas intervenciones pierden su relevancia e interés. Se puede decir que lo que comenzó con acciones de revitalización de aquellos barrios en peligro de exclusión y como una apropiación del espacio público ahora se está convirtiendo ahora en un riesgo para el patrimonio de mismo barrios.

En relación a las ciudades, entendemos que las ciudades americanas son ciudades nuevas que siempre están en construcción en relación a las ciudades europeas, por lo tanto, tiene una enormidad de elementos externos que interfieren en la propia lógica de la ciudad, entre ellas la globalización que hace que tengan que enfrentarse a problemas mundiales con infraestructuras locales, en el caso europeo, debemos tomar en cuenta que la mitad de la arquitectura que se firma en Europa es producto pensada restauración. Asimismo, conviene tener en cuenta que en ese mismo porcentaje las ciudades europeas no solo busca preservar el valor cultural de sus edificaciones, sino también, busca reformar la posibilidad de vivir y mejorar la calidad de vida en las ciudades, evitando que la esta ciudad acabe con nuestra salud, y eso pasa, por hacerla autosustentable, ecológica, es decir, reducir el consumo energético son los objetivos principales de todos los proyectos más ingeniosos de las ciudades. También hay que tener claro,  que no solo los artistas urbanos tienen a la ciudad como su patio de recreo, los arquitectos también, ya que estos se forman en arte y a través de la estética propia o ajena van edificando su propia aportación en la mejora del mundo,

Mural estación de autobús de la sevillana Plaza de Armas.

El uso del arte para transformar agradablemente el entorno urbano, generó lo que se llamó “plop sculture", que era la siembra de esculturas que a la larga se convertían en perpetuos monumentos. Ahora, en esto, de urbanizar a la humanidad, se han creado los llamados Freespace o espacio gratuito o “regalado”, que generan algunas arquitecturas, Freespace puede ser un “espacio de oportunidad, un espacio no programado; un espacio libre para usos no concebidos”. El espacio gratuito como aquello que sucede cuando “los edificios mismos encuentran maneras de compartir e involucrarse con la gente a lo largo del tiempo, incluso mucho después de que el arquitecto ha salido de escena que es un espacio que puede estar concebido para todo o para nada.

 Pero vamos ocuparnos del artículo de Marc Luelmo, donde se deja entrever el conflicto que trae el manejo de los espacios para la libre expresión, probablemente, es a partir de esta premisa comienza lo que Marc Luelmo llamó en su artículo la obsesión española por colorear edificios. El arte urbano comenzó con acciones efímeras y en medianeras de los edificios, ahora se ha convertido para los defensores del patrimonio en un "vandalismo institucionalizado", porque ahora son los ayuntamientos los que solicitan intervenciones a los artistas urbanos, desde luego, esto para los defensores del patrimonio es como una patente de corso donde no hay ninguna mención a la protección política de las plazas o las aceras. Alegan que “el problema no está en pintar, sino en la falta de criterio con que se hace", dónde están los límites en esta nueva tendencia muralista de los ayuntamientos españoles que ha multiplicado los encontronazos entre los murales de colores que ellos impulsan y las asociaciones que velan por la conservación del patrimonio histórico.

Polideportivo de la Alhóndiga, obra de Miguel Fisac, con un mural realizado por Boa Mistura

En el artículo Marc Luelmo toma como ejemplos, el faro de Ajo, en Cantabria, una construcción de 1930 que fue intervenido por el artista urbano Okuda San Miguel utilizó como lienzo en blanco por encargo de Miguel Ángel Revilla, presidente de la comunidad; y el polideportivo de la Alhóndiga, obra de Miguel Fisac, que el Ayuntamiento de Getafe decidió "realzar" con un mural a cargo del colectivo Boa Mistura. No obstante, Alberto Tellería, portavoz de la asociación Madrid Ciudadanía y Patrimonio, considera que el mural que el Ayuntamiento de Getafe ha encargado al colectivo Boa Mistura “es otra muestra más de la incultura de las administraciones, que desconocen la valía de los edificios que poseen y su papel en el paisaje; y una falta de respeto por parte de los autores que las realizan, que parecen despreciar a los arquitectos (tan artistas como ellos) que diseñaron las obras sobre las que actúan”. Tellería concuerda en la importancia de hacer pedagogía: “Debemos insistir en la educación y en la sensibilización de la sociedad hacia un patrimonio cultural que no es nuestro (o no solo nuestro), sino que hemos recibido en usufructo con la obligación de legárselo a las próximas generaciones con el mismo o mayor valor. Su valor no estriba en que satisfaga nuestro gusto (que nos parezca más o menos bonito, o más o menos feo), sino en que expresa el gusto de la sociedad y los artistas que lo realizaron en su día, y nos permite así conocer sus intereses y aspiraciones “.

Polideportivo de la Alhóndiga, obra de Miguel Fisac ante de ser intervenido.

Este artículo también recoge opiniones de varios artistas y profesores entre cuales se encuentran la de la Prof. Marta Domínguez Pérez, profesora de Sociología urbana en la Universidad Complutense de Madrid (UCM), que indica que los murales en edificios “se empezaron a ver hace tres o cuatro años, sobre todo en barriadas de Latinoamérica como formas de apropiación del espacio público. Pero ahora veo que se está haciendo un poco de abuso, que se está pintando todo, con lo cual ya no tiene el mismo sentido. Parece que pintamos ya cualquier cosa”.

Este artículo también recoge la opinión de Nacho Padilla, experto en desarrollo de marca de ciudades y actual director creativo del Ayuntamiento de Barcelona, “a la intervención con pintura la podemos considerar una herramienta y por tanto sólo podemos juzgar su bondad o maldad por el uso que se haga de ella. La falta de criterio y las razones equivocadas siempre planean a la hora de afrontar cualquier proyecto. Estas actuaciones, como resultan asequibles, tienen más probabilidades de dar lugar a decisiones precipitadas”. Asimismo, el artista urbano residenciado en Barcelona José Sentís, mejor conocido en las calles como Pez, y que lleva pintando paredes desde 1999, dice: "Mi objetivo, pero en ningún momento se busca desprestigiar el gran trabajo de los arquitectos. Creo que, además de pedir permiso a los dueños del edificio en cuestión, en estos proyectos se debería tener en cuenta a los arquitectos ya que de alguna manera estás modificando la obra que ellos realizaron”.

Graffitis en el barrio madrileño de Malasaña

Por su parte, Kenor, otro artista barcelonés que ha pintado muros por todo el mundo, disiente de sus compañeros. “Yo soy un amante de la arquitectura y me preocupo mucho por saber dónde voy a pintar. El faro de Ajo, por ejemplo, no lo hubiera pintado, porque tiene una entidad, una historia. Para mí ya es en sí una obra de arte, como una escultura”. Cuando me piden que vaya a pintar un edificio yo me documento, a veces hablo con los vecinos, les enseño mis dibujos… Entre los artistas que conozco sí hay esa conciencia de informarse de dónde se va a pintar". Kenor no habla solo de la superficie que se va a intervenir, sino también del entorno: “Hay gente que no le importa, que se suben a la grúa y no conectan con la gente del lugar, pero en general el muralista es alguien que pinta en la calle porque quiere transmitir una serie de cosas y conectar con el ciudadano, si no, no pintas en la calle, pintas un cuadro. Un mural así puede ser la obra más importante de un barrio y tiene que haber una participación ciudadana. Pintar algo así tiene una responsabilidad con el entorno muy grande".

Intervención Taller de bicicletas.

No dudamos que el arte urbano más que vandalizar se banaliza, pero aún forma parte de la sanación y la construcción de una ciudad más social y colaborativa. Pero estamos de acuerdo en afirmar que si se muraliza todo los espacios vayamos a echar de menos el gris ahumado de la ciudad. Por lo que, para finalizar añadiremos algo que dijo “Heidegger: “Todo proyecto no construido es una ruina’ y toda ruina es fruto del abandono; por lo tanto, la no construcción implica destrucción”. Definitivamente la ciudad es un patio de juegos en contruccion.

Intervención Polideportivo por Murone.


sábado, 22 de agosto de 2020

"Queremos volver a ver a Banksy en Palestina"

 


El pasado Viernes 21 de agosto de 2020 el diario británico The Guardian recogía un pequeño pero sentido homenaje a Banksy, con la exposición sorpresa de imágenes de las intervenciones de Banksy en una doliente Palestina. En ella se exhibieron fotografías de 20 obras de arte de Banksy.

En el centro de Belén se exhibieron fotografías de 20 obras de arte de Banksy en Palestina como agradecimiento al artivista callejero británico anónimo por apuntalar y ayudar a diversificar el turismo en esa ciudad. Las imágenes fueron recopiladas por varios fotógrafos palestinos para esta exposición en Manger Square a pocos pasos de la iglesia de la Natividad.

Los artistas de Gaza escribieron las palabras "Gracias Banksy" en la arena en un tramo de playa para coordinar con la exposición en Belén, tomando en cuenta que cuatro de las obras de Banksy se encuentran en Gaza.

“Banksy siempre nos sorprende y hoy queremos sorprenderlo”, indicó el coordinador del evento, Yamen Elabed, en un mensaje de video a Banksy. Elabed que trabaja en el sector de turismo dijo también que armó la exposición "para mostrar a Banksy que estamos agradecidos por el apoyo". "Solo quiero que el mensaje de agradecimiento llegue a Banksy... quien ha sido de gran ayuda a nuestra economía con el turismo 'alternativo'".

Bien es conocido que el turismo en Belén, está basado en turismo religioso al ser esta ciudad un importante destino de peregrinaje. Los turistas por lo general sólo están al tanto que la ciudad de Belén es el lugar donde nació Jesús y se encuentra la Iglesia de la Natividad, pero la idea de Banksy también es mostrar que allí viven 3 millones de palestinos. En toda Cisjordania así como Belén las visitas se han detenido a raíz de la pandemia, lo que ha significado un golpe devastador para la economía basada en el turismo. Mucha gente ahora se encuentra sin trabajo, con el cierre de hoteles, tiendas de souvenirs, muchos restaurantes, empresas de turismo y falta de trabajo para guías turísticos.

El mes pasado, Banksy subastó tres pinturas por 2,2 millones de libras esterlinas en Londres y donó las ganancias a un hospital en Belén.

Cerca de 300 personas visitaron esta exposición al aire libre. Casi todos eran habitantes locales, ya que la pandemia ha significado la llegada de menos turistas. Por lo que cada visitante recibió una máscara facial gratuita decorada con un estampado de Banksy a su llegada.

Desde que apareció su primera obra de arte en Palestina hace 15 años, Banksy se ha convertido en una parte clave de las atracciones turísticas de la ciudad: su hotel Walled Off, establecimiento ideado y financiado por el artista callejero británico para denunciar la ocupación israelí de los territorios palestinos del cual afirma ofrecer la "peor vista de cualquier hotel en el mundo" a un flujo de huéspedes internacionales desde su apertura en 2017.

No obstante a estas iniciativas, Banksy tiene sus detractores, que le han acusado de trivializar el conflicto palestino-israelí al proporcionar una distracción no deseada del trabajo de los artistas locales. Tanto palestinos como israelíes han criticado aspectos de su arte. Sin embargo, encontramos palabras como la de Abdelfattah Abusrour, director general de Alrowwad Cultural and Arts Society, una organización artística con sede en el campo de refugiados de Aida en Belén, que dijo “Aprecio profundamente a Banksy como artista y amo su trabajo”. Pero “algunos cuadros parecen ingenuos, como la pelea con almohadas”, dijo. "La lucha nunca fue entre personas como individuos, sino contra un sistema... mientras haya ocupación e injusticia, tales 'declaraciones' son irrelevantes y no respetan el sufrimiento de los oprimidos". Abusrour a lo cual agregó: “No recibimos ni un centavo del hotel Walled Off . “No me gusta que mi causa como palestino sea explotada como negocio, aunque aprecio el trabajo de Banksy”.

Los visitantes de la exposición de Belén estaban entusiasmados con la participación del artista. “Gracias Banksy por apoyar al pueblo palestino. Su arte es muy apreciado. Elabed dijo que el peligro en el que cree que se puso Banksy cuando pintó con spray por primera vez la barrera israelí de Cisjordania merece el respeto de los palestinos. “Fue un riesgo porque durante el primer levantamiento y el segundo levantamiento estaba prohibido dibujar graffitis en la pared. Mucha gente resultó herida o arrestada por hacer graffiti. Así que Banksy hizo mucho por los palestinos”.

"Queremos volver a verlo en Palestina". Finalizó.

domingo, 16 de agosto de 2020

La ciudad como patio de recreo.

 


Las ciudades han dejado de verse como un espacio monolíticos todo gracias a la versatilidad de los espacios, que se rescatan y se abandonan para ser de nuevo rescatados, espacios que al partir del siglo pasado comenzaron a liberarse del discurso políticos decimonónico o al menos dejaron de ser espacios dóciles a las ideología, también han impuesto un nuevo sistema de relaciones y han facilitado el tejido social, lo que ha servido para quemar puentes, esto se ha prestado para la conformación de nuevas tribus urbanas. Asimismo, las expresiones artísticas modernas han tenido a las ciudades como campo de juego y recreo que tiene como lugar las calle. Desde luego, estas expresiones se enfrenta con gente a favor y detractores, del mismo modo, su legalidad siempre estará ajustada al feroz escrutinio de aquellos ciudadanos que no tienen un visión periférica de lo que contiene históricamente los distintos movimientos de la cultura Pop. 


A pesar de que nuevos sistemas de relaciones que se han creado con los espacio galerístico, la gran aceptación, el arte urbano que en la actualidad se debe al muralismo el cual captura en un amplio repertorio de aquellas tendencias artísticas nacida en la modernidad. Aun así el arte urbano sigue chocando entre el arte y vandalismo invasivo, a pesar que muchos investigadores concuerdan que es un estilo artístico que nace gracias a las manifestaciones fenomenológicas y el rigor de la historia fundamental de las ciudades.


Como movimiento artístico el arte urbano, posiblemente pueden fecharse en los años 60 en la ciudad de Filadelfia, donde un grupo de artistas denominaron ‘bombing’ a la pintura con mensajes protesta o pertenencia sobre los muros urbanos. De allí se amplificó a la ciudad de Nueva York, específicamente al Bronx, donde cobra enorme fuerza y nace el graffiti, la historia del graffiti a pesar de ser reciente no está homogenizada debido a su carácter furtivo, siendo la documentación de Martha Cooper fotógrafa para el New York Post durante la década de 1970. Conocida por documentar la escena de graffiti de la ciudad de Nueva York de los años 1970 y 1980.  Lo que sí sabemos es que este movimiento está estrechamente relacionado con el movimiento punk importado de ciudades europeas como Londres y Ámsterdam, también se suele situar en la Nueva York de principio de los 70, como el epicentro de la subcultura que viajó a Londres al año siguiente, todo gracias Malcolm McLaren empresario y productor musical con ideales situacionistas.

1977 fue el año de la eclosión de esta subcultura sumergida, a partir de ahí, empezó la diversificación como  la otra cultura sumergida de los llamados Rude Boys/Ska que es una cultura callejera londinenses jamaicana de los años 60, que penetró especialmente en los mods. Unos diez años más tarde, un revival de la música ska reactivó algunas de las señas de identidad estilísticas de los rude boys, especialmente en los skinheads. Y a pesar que tiene algo que ver con la subcultura mods de los 50 que renace a finales de los 70, aunque la subcultura ska y rocksteady hacía un mayor uso de los sombreros, las gabardinas y los tirantes. La vertiente skin hacía un uso todavía más intensivo de los tirantes y de allí viene algunas de esas diferencias entre el graffiti europeo y el americano que en los 80 buscó marcar distancia al no encontrar muchos adeptos dentro de la cultura afroamericana que tenía realidades absolutamente distintas a de la sociedad caucásica europea. Estas realidades se vieron reforzadas con el nacimiento de los géneros musicales como el rap, el hip hop, el breakdance y el grafismo de lo que se denominó Wildstyle.


Si hablamos del Wildstyle podemos decir que es una forma complicada y compleja de graffiti. Debido a su complejidad, a menudo es muy difícil de leer por personas que no están familiarizados con ella, no obstante es la más común. Por lo general, esta forma de graffiti incorpora entrelazadas y superpuestas las letras y formas. Puede incluir flechas, puntas y otros elementos decorativos en función de la técnica utilizada. Las capas múltiples y formas que este estilo extremadamente difícil producir de forma homogénea, por lo que el desarrollo de un estilo original en este campo es considerado como uno de los mayores retos artísticos a un escritor de graffiti. Estilos del WildStyle comenzó a ganar fuerza por incluir un conjunto de flechas, curvas y cartas que se han transformado tanto como para ser prestados a los ojos enigmáticos de los grafiteros. Es una práctica común incorporar elementos 3D en las piezas, e incluso, transformar la estructura entera en tres dimensiones para agregar profundidad visual a la obra, Dentro del Wildstyle hay muchos subestilos por eso se han separado en dos categorías, El estático y el dinámico. Muchos artistas añaden sus propios elementos a sus Wildstyles y esto les hizo ganar respeto dentro de las distintas subculturas sumergidas de las ciudades.


Durante esos años ochenta, las fuertes medidas norteamericanas para reprimir este arte callejero, no tardó en aparecer en la costa oeste de norteamérica, en la ciudad de Los Ángeles donde el Wildstyle se hace más ecléctico y codificado al vincularse con la subcultura punk californiano y skaters, a la vez que el hip hop de los barrios marginado afroamericano de Los ángeles que deriva en el N.W.A. abreviatura de "Niggaz With Attitude" que ha mediado de los 80 crean el subgénero musical gangsta rap mucho mas agresiva, hostil y de alto contenido racial, a la vez conecta con el movimiento Chicano que también usaron este género musical y el arte urbano para crear identidad.


Durante la década de los 80, el arte urbano viaja de vuelta a  las ciudades europea como París, Berlín y Londres. En París el arte callejero se explaya con un renovado carácter, si bien es una ciudad de una exquisitez cultural el arte urbano se nutrió, desde luego de ese mayo francés y la poética del situacionismo y la periferia marginada de migrantes de las antiguas colonias, otorgándole a este arte una generación interesante de artistas, esto lo solidifica dentro de la cultura urbana de la ciudad luz. En el caso, de Inglaterra alcanzó su cumbre en la ciudad de Bristol. Para muchos investigadores ésta ciudad industrial dominada por la clase media trabajadora, esta ciudad encabeza el inventario de las 10 ciudades europeas con mejor cultura para el arte urbano. En los 90, aparece por primera vez en la Nueva York, lo que hoy realmente entendemos por hipster, que se expande a finales de los 90 y principios de esta década. Que si bien no tiene un vínculo directo con el arte urbano, suelen apreciarlo porque los conecta con su devoción a lo retro y la nostalgia, además esta elite se valen del arte urbano para ornar y gentrificar espacios urbanos.


A principio de los 80 aparece la película Wildstyle, cuando Charlie Ahearn contrató escritor de graffiti Dondi para pintar la 'ventanilla' pieza vagón de metro que aparece en la película. La película fue apoyada con documentación profunda de la época y de una subcultura que fue tomando fuerza por sí misma, la secuencia del título animado fue diseñado por el artista, Zephyr en 1982. El estilo salvaje mural fue pintado por Zephyr, Revolty y Sharp en 1983. Charlie Ahearn y Fab 5 Freddy comenzó a trabajar en la película de finales de 1981. Siendo estrenada en 1983, el enfoque era un híbrido de un musical narrativo y documental, con los pioneros de este movimiento que se interpretan a sí mismos, fue grabada en su totalidad en el sur del Bronx, el Lower East Side y el subterráneo del MTA.

La película Wildstyle o estilo salvaje tiene lugar en ese Nueva York decadente de los 80 y se centra en los artistas de graffiti, Zoro (interpretado por Lee Quiñones) y sus encuentros con un periodista de la parte alta llamada, Virginia (interpretado por Patti Astor, galerista que dio por primera vez lugar al graffiti en el mundo galerístico). Más que una historia, la película es notable por mostrar a varias figuras prominentes de la cultura hip hop y el graffiti tales como Starski , Fab Five Freddy, Lady Pink, El Cold Crush brothers y Grandmaster Flash entre otros. A lo largo de la película hay escenas que representan las actividades comunes en los primeros días de hip hop y las interconexiones entre la música, la vestimenta, el baile y el arte en el desarrollo de la cultura del hip hop ochentero. 


Evidentemente, el arte urbano forma parte de esa cultura Pop que ha usado a las ciudades como su patio de juego y recreo, esto también se ha evidenciado en las ciudades Latinoamericanas en los 90 donde sus calles han dejado de ser esos espacios de amor a préstamo para los viandantes, dedicadas principalmente a la economía informal, ya no son esos espacios ideologizados y panfletarios que solían ver nuestro padres en los 60. Ahora esas mismas calles son espacios fundamentales para la identidad y la negación política (nihilismo), también para la pertenencia, la integración y sentirse representado (activismo).

En Latinoamérica y en el Caribe el arte urbano y el reggaetón se han configurados como una nueva y autóctona subcultura urbana, que en ciudad como Medellín, en Colombia ha germinado en las zonas marginales que en los 80 era tierra abonada para el narcotrafico y la violencia, estos movimientos forman parte de una novedosa idiosincrasia urbana y cultura Pop de finales de siglo XX, y al ser el reggaetón una subcultura potable por estar fundamentada en lo musical, este se arropa con esto y aquello de otras subculturas como una cobija hecha de retazos. El arte urbano forma parte de ese retazo, algo bastante visible en las barriadas como La Comuna 13 de esta ciudad colombiana. Probablemente, los reguetoneros a ser una cultura emergente que toma de aquí y de allá, para encontrar una validación ante otras tribus urbanas, no ha de extrañarse que adopten al arte urbano como parte de su deriva estética como lo hizo la cultura del N.W.A de gangsta rap con hip hop de los 80, para llevarlo a su terreno como una especie de "latinos con actitud".