jueves, 16 de mayo de 2019

La mirada provocadora de Oliviero Toscani.










No hay dudas que Oliviero Toscani es el enfant terrible de la publicidad, uno de los fotógrafos publicitarios más geniales y provocadores que existe, gracias a su gran talento la firma Benetton le contrató en 1982 hasta 2000, cuando le despidió luego de fotografiar a condenados a muerte, contratándole nuevamente a finales de 2017. Para esta firma italiana,Toscani creó una icónica campaña publicitaria, plagadas de controversiales fotografías donde se fusiono múltiples denuncias sociales, todo a través de imágenes simples y de sorprendente belleza. Las imágenes de Toscani contenían un estilo poderosamente estético a la vez de feroz, por ser relatos poblados de cosas o personajes que según el punto de visto de espectador se antojan conmovedores o insoportables, en todo caso, eran imágenes que no dejaban indiferente a nadie, imágenes que trastocaron nuestro paisaje visual urbano con personajes que variaban desde pacientes terminales de Sida, condenados a muerte, presos políticos, miembros del clero y personas de distintas orientaciones sexuales y grupos étnicos.








En el arte público, el uso de las vallas publicitarias no es algo nuevo. Muchos fueron los artivistas involucrados con el arte social en los años 70 que utilizaron las vallas como instrumento para la denuncia, entendiendo que estas fueron concebidas como un espacio mass media para la cultura de consumo y como la escenografía perfecta de un mundo posible, por lo tanto, lo eran también para la irreverencia, la política y el arte. Artistas como el Group Material, Félix González-Torres, Jenny Holzer, Guerrilla Girls, Jilly Balistic, Ludo o Ron English quien se unió varias veces al Billboard Liberation Front, que es un movimiento icónico fundado en San Francisco en 1977 y que tiene como fin la lucha contra el uso de vallas publicitarias como anuncios comerciales en lugar de un medio para la libre expresión pública, la protesta y la comunicación para los problemas sociales, fueron claros exponente del arte y la denuncia sobre vallas publicitarias. Asimismo, encontramos The Billboard Creative (TBC) que es una organización sin fines de lucro que cada año convierten temporalmente las vallas publicitarias de la ciudad de Los Ángeles en sitios públicos de arte, convocando para ello a artistas emergentes, brindando visibilidad y arte a una audiencia masiva.









Indiscutiblemente, la campaña realizada por Oliviero Toscani, supuso un giro de tuercas por ser promovida por la industria de la moda, la cual, abría los ojos para favorecer la denuncia social, demostrando que todo en este planeta es susceptible de enmienda, y que si bien, el mundo del fashion satisface su vertiente capitalista, también podía mostrar su lado más solidario y apoyar distintas causas con una aparente simplicidad narrativa que no velaba la complejidad y la crudeza de las situaciones, visualizando en el fondo más habitual de los espacios publicitarios de las ciudades la existencia de realidades severas y absurdas de nuestra humanidad.








Nacido en Milán (1942), Oliviero Toscani es un fotógrafo que se formó en Zúrich entre 1961 y 1965, que como el mismo afirma "es fotógrafo de moda, fotógrafo de arte, un fotógrafo publicitario, un reportero; un fotógrafo o simplemente un testigo de su tiempo". En definitiva, un artivista que a principio de los 80 contribuyó con el crecimiento estratosférico de la firma United Colors of Benetton, no sin polémica, debido que sus imágenes a menudo se encontraron con amenazas de censura, demandas y boicots.









Entre las campañas más destacables, encontramos la famosa fotografía de un enfermo de sida agonizando en una cama de hospital, que con el rostro sufrido de Cristo barroco está rodeado de familiares dolientes, la ropa ensangrentada de un combatiente de la guerra de los Balcanes o la provocadora imagen de una monja besando a un sacerdote, fotografiada para una campaña de 1992. Toscani utilizó el multiculturalismo prevalente en la época, con una línea editorial independiente de la marca de ropa. En 1993, Toscani creó Fabrica, un centro de investigación sobre el arte en la comunicación encargando su diseño al arquitecto japonés Tadao Ando. En 2007, causa controversia con unas fotografías para una campaña de la firma Nolita, en las cuales aparecía la modelo francesa Isabelle Caro, conocida por padecer anorexia. Las imágenes mostraban a Isabelle extremadamente delgada, desnuda, con los huesos de su cara y columna vertebral muy notorios bajo su piel y todo su cuerpo en general bastante afectado por este trastorno alimentario.









Además de su trabajo con Benetton, Oliviero Toscani ha diseñado campañas publicitarias para Esprit, Valentino, Chanel y Fiorucci, imágenes editoriales para revistas de moda como lo son Elle, Vogue y los primeros números de i-D, asimismo, la portada del álbum de Lou Reed. Las campañas de Toscani han ganado cuatro veces el premio León de oro en el Festival de Cannes, igualmente, ha recibido el UNESCO Grand Prix, y dos veces el premio Grand Prix d'Affichage. Además publicó libros como  ‘More than Fifty Years of Magnificent Failures’ y se mostrado en diversas exposiciones por más de 20 ciudades tales como Venecia, Sao Paulo, Milán, ciudad de México, Helsinki, Roma.








En el 2018, la campaña de Toscani para Benetton denominada "Nudicome", donde modelos femeninos y masculinos, de diferentes etnias, posan juntos, totalmente desnudos, abrazados unos a otros. Este es el último trabajo de este fotógrafo después de que regresara a la marca italiana en noviembre de 2017. Las imágenes se acompañada por un vídeos de 30 segundos y de tres minutos con una voz en off del fashion film ‘Nudicome’ que finaliza diciendo “Contra las guerras civiles, contra la mafia y contra la violencia urbana. Contra los conflictos feroces entre etnias, contra las guerras de religión y las guerras de identidad. Contra el terrorismo y contra toda forma de racismo resurgente. Contra todo ello está este alegre valor, el cántico de las criaturas que alcanza el cielo y hace al mundo más humilde”. Esta campaña hace uso de vallas, periódicos, revistas online y offline además de social media en los perfiles de Benetton.




                                         

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