viernes, 13 de marzo de 2020

El arte urbano en las ciudades de América Latina. (1era parte).



INTI, artista chileno.

La historia de las ciudades suele narrarse desde los grandes acontecimientos, a menudo la historia del arte pasa lo mismo permanece visión de lo macro, por ello los artistas al querer romper las fronteras entre el arte y la vida, no lograron provocar ninguna revolución social, en todo caso, lo que consiguieron fue oponerse al arte como institución. Pero, cada vez más, es necesario explicar la ciudad con relatos que describen las pequeñas experiencias a nivel de calle, desde la visión del transeúnte y los paseantes, de todos aquellos que no buscan o esperan algo más que ir de un punto a otro punto. Esto se potencia en las ciudades latinoamericanas que viven momentos disímiles, mientras una ciudades son golpeadas por la recesión, otras viven un resurgimiento económico y estructural. al final de la partida son los artistas urbanos latinoamericanos que en este proceso han ganado el pulso al ganar  aliados y el reconocimiento mundial de su trabajo.

Mural del peruano Jade Rivera.

La ciudades de américa Latina por muchos años fueron el escenario urbano de la expresión social, política y económica, por ello, cuando llegaron los graffitis causaron un gran impacto visual a una ciudadanía acostumbrada a que sus muros fueran pizarrones donde se expresaban a su antojo los partidos políticos o los espacios de dibujo libre de cualquier emprendimiento económico. Sin prisas, las ciudades latinoamericanas, se unieron a las expresiones de otros movimientos de arte urbano a nivel mundial, las cuales usan la ciudad como lienzo para visualizar distintas problemáticas,
entre lo que se encuentra la globalización que hace que tengamos que enfrentarnos a problemas mundiales con infraestructuras locales.

Mural de la artista colombiana Bastardilla.

Así como en los 70s las ciudades de Filadelfia y Nueva York vieron un incremento en el arte callejero que luchaba contra la hegemonía de los anuncios publicitarios, asimismo, encontramos a que entre los precursores del graffiti y de lo que pasó a llamarse All City se encuentra los tags de Julio 204 de quien se dice era de origen latino concretamente puertorriqueño. El crecimiento de áreas metropolitanas y ciudades intermedias en América Latina que se nutrieron de las migraciones de una Europa de postguerra y el flujo constante de gente de las áreas rurales que migraban a las urbes buscando un mejor nivel de vida a lo que debemos agregar que ya sea en democracia o en dictadura las distintas ciudades ha mediado del siglo XX, estaban sujetas a gobiernos nacionalistas, todo esto generó un cambio de paradigma en cuanto la visión como región, y que invitó a cuestionarnos cómo podemos acoplarnos a los nuevos estándares urbanos sin perder nuestra identidad. El auge del arte urbano en América Latina en la última década, es en gran parte el producto de nuestra sociedad frente a esta transformación, donde la intervención del espacio ya no es sólo un acto rebeldía, sino una adjudicación desesperada del entorno con el fin de luchar contra la homogeneidad impuesta por la urbanización moderna.



Actualmente en las grandes urbes latinoamericanas exhiben orgullosa los murales que sus grandes artistas realizaron a principio del siglo pasado, murales que gracias a su carácter pictórico-decorativo fueron parcialmente aceptados por la sociedad  pero que a partir de los años fueron aumentando en popularidad y además de ser un reclamo turístico que denota una identidad de la región, la esencia cultural y cómo quiere ser vista ante el mundo. Esto hizo que los artistas urbanos como es el caso del venezolano Flix que a través del arte urbano repitieran patrones que siguieran los grandes artistas modernistas geométricos de Venezuela.

Mural de Flix.

Otras formas de arte urbano en américa latina, como los Tags, Stickers, Scratches, Tiles, etc. no tan afamados como los murales, también han proliferado. En particular su carácter vandálico, esencialmente graffiti, los hace aún más notorios, ya que su forma visual contrapesa o se muestra como un ruido ante el escenario pulcro y minimalista que ofrecen los espacios metropolitano actualmente. Lo más relevante del graffiti latinoamericano moderno que es un lugar común es que ha transformado su mensaje. Ya no solo vemos textos de rechazo ante la autoridad, de oposición a los gobiernos cualquiera que sea o invitaciones a participar en grupos revolucionarios, sino también encontramos un mensaje de repudio ante la estética de nuestras ciudades, que para muchos de estos artistas se atenta contra su libre expresión y el desarrollo de la identidad.
El auge del arte urbano latinoamericano, no sólo demuestra que estamos en un periodo de transición en la región, sino que también revela qué tipo de ciudades hemos construido o en de las ciudades en la cual hemos formado parte. Como es el caso, de la ecuatoriana Lady Pink colocó su nombre a lado de muchos grafiteros hombres en el movimiento Wild Style en Nueva York, su nombre es recogido por la famosa cronista Martha Cooper, y sus obras se encuentran en numerosos museos. De cierta manera, las respuestas de las instituciones locales, ante este tipo de expresiones artísticas demuestran qué tan tolerantes somos. Así como el muro de Berlín sirvió como referente de esa ciudad donde el lado oeste cubierto de graffitis se convirtió en un símbolo de una sociedad libre y abierta a diferentes posiciones ideológicas, mientras que el lado oeste del muro era reflejo de una sociedad oprimida la forma en la que América Latina responda ante estas intervenciones también revelará en un futuro cómo se construye como sociedad y cuál será su modelo de identidad urbano.

Lady Pink

Si bien Berlín se mostró tolerante, también la ciudad de París considerada como una ciudad patrimonio, ha sido una ciudad bastante dúctil para el arte urbano, lo mismo pasa en América con la ciudad de Valparaíso en Chile, de  donde es INTI el artista urbano chileno más reconocido, el caso abandono patrimonial en ciertas áreas de esta ciudad  costera  ha dado lugar al surgimiento de zonas artísticas urbanas intervenidas con murales, transformándola en una ciudad de gran atractivo turístico, donde se incluyen tour, lo que desmiente la idea que los graffitis son sinónimo de zonas peligrosas. De hecho, en las ciudades chilenas como la capital Santiago es ahora mismo donde más arte urbano se ve y se realiza en Latinoamérica. Asimismo, ciudades como Guayaquil en Ecuador y Medellín en Colombia son ciudades flexibles y  cónsonas  con el desarrollo de arte urbano y de la cultura urbana en general. En México, van más allá, creando y transformando espacios urbanos en lugares de contemplación, por medio de la intervención pictórica de imágenes iconográficas, folclóricas y místicas, demostrado que es posible una interacción entre la cultura tradicional y el escenario urbano moderno, cambiando la idea que los graffitis pertenecen solamente a espacios aislados y marginales de la ciudad.

Valparaíso

En otras ciudades, el aumento de grafitis ha generado un efecto contrario y una fuerte oposición ante este tipo de arte urbano. En São Paulo, grafitis y murales fueron pintados con un tono de gris por la alcaldía, acción que ha tomado el nombre de marea gris. En Bogotá, ocurrió algo similar cuando la administración local después de auspiciar festivales internacionales de arte urbano para rescatar algunos espacios, decidió borrar gran parte de los grafitis de la calle 26, desatando no sólo un debate político-urbano, sino revelando una dicotomía sobre la visión de ciudad que tienen los bogotanos. En la ciudad de Caracas el arte urbano no obedece a ninguna propuesta, en todo caso, la propuesta es el desconcierto ante edificios modernos rodeado de entornos poco acordes. Y esa es la sensación que busca cualquier artista. “pero todas o cualquier propuestas tiene una gran dosis de provocación“... es por ello que las intervenciones urbanas ha sido parte del pan y circo que suele ofrecer las distintas alcaldías cuando necesitan cumplir una agenda cultural.

No hay comentarios:

Publicar un comentario