domingo, 9 de febrero de 2025

El Madrid Meninas Gallery, no tiene nada que ver con Velázquez.


Si buscamos la definición de cultura Pop, encontraremos que la cultura pop es un conjunto de manifestaciones culturales que son populares en un momento y lugar determinados.

La cultura Pop se caracteriza por ser accesible, interactiva y diversa, que surge espontáneamente o es impuesta de manera deliberada por intereses comerciales, que no se olvide lo que dijo el cantante J Balvin entre otros artistas y medios de comunicación afirmaron que el reggaetón es el nuevo Pop. 

 

En el caso, de ver a Las Meninas que era como se le llamaba a las hijas de las familias nobles que entraban a palacio para servir a las hijas de los reyes, fueron llevada a ser figuras Pop dentro de contexto de arte público por el Madrid Meninas Gallery que sembró temporalmente las calle de Madrid de esta figura intervenida por diverso artistas y personas  conocida dentro de la esfera de lo publico. 

Es obligatorio indicar que, la pintura del siglo XVII realizada por Velázquez sobre la familia de Felipe IV, probablemente, sea las obras de arte más copiadas y reinterpretada por otros artistas entre los cuales podemos mencionar a Richard Hamilton, Salvador Dalí, Joel-Peter Witkin, Fernando Botero, Eve Sussman y Pablo Picasso quienes realizaron obras que reinterpretan esta pintura. Hasta que llego el artista y promotor venezolano Antonio Azzato quien tuvo la idea de democratiza a esta figura dándole la oportunidad a más artistas de hacer su reinterpretación de la infanta Margarita quienes la menina intervenida y deconstruida.

Llevar a las meninas a ser un símbolo de la ciudad y no el oso que aparece en el escudo de la ciudad, quizás por la falta de osos, era una idea merodeaba en la cabeza de la alcaldesa Manuela Carmena, quien al estar al frente del ayuntamiento secundó la idea de Azzato como una iniciativa de carácter “artístico”, a partir de allí, las esculturas inspiradas en los personajes de Velázquez han ido mutando de lo cultural a lo popular y de este a un propósito cada vez más comercial.

El Madrid Meninas Gallery 2018, se intervinieron más de una treintena de figuras de 1,80 metros, en lo que sería el mayor  acontecimiento de intervención urbana de una ciudad como Madrid, que si bien no es un centro financiero como Londres o Nueva York es una ciudad que da cobijo a las fortunas de cientos de latinoamericanos y a marcas que compiten por llegar a las cabezas de los madrileños y de los visitantes que caminan por la ciudad a través de la publicidad exterior, actividad que está muy regulada en la capital española, con espacios destinados para ello y soportes de medidas estrictas. Por ello, este tipo de iniciativas publicitarias que se salen de lo común y que tienen el desgravamen por ser un aporte cultural son muy valoradas por los anunciantes porque permite impactar al público de un modo inesperado, multiplicando su influencia de modo exponencial. El caso, que este evento ha llegado al punto de que en los últimos años todas las figuras están patrocinadas por empresas.

Lo cierto es, que el Madrid Meninas Gallery no depende de la secretaria de cultura sino del área de Economía del Ayuntamiento de Madrid, por ello, algunos políticos progresistas del Ayuntamiento de Madrid, están descontentos con la cantidad de intereses comerciales involucrados, así como también esta intervención urbana ha sido criticada por la participación de personajes alejado del universo de las arte plásticas, como deportistas, influencer o diseñadores de moda considerando a este proyecto como una burla a la obra más emblemática de la pintura española. También se ha criticado a Azzato por vender pequeñas copias de las esculturas en su sitio web.

Durante la edición de 2018, curadores y críticos a los que no les gustaba Las Meninas crearon una cuenta de Instagram llamada "Stop Ménines", en la cual encontramos a ciudadanos que consideran el despliegue de estas esculturas como un ruido visual innecesarios para las calles madrileñas y muchos solicitan que sean quemadas como los ninot en las fallas valencianas.

el suplemento El Cultural del diario El Español, dijo que la comercialización de los espacios públicos de Madrid lleva "la idea de la ciudad como negocio a su conclusión lógica. "El vínculo entre la moda, la fama y un formato pop es vacío y aburrido, pero es colorido y seguro que será un éxito...”, el mismo: "No tiene nada que ver con Velázquez".

En 2024 La galería Meninas Madrid, tuvo su recorrido por Caracas coordinada por el mismo Azzato, la cual, fue subvencionada por la Alcaldía de Chacao y la CAF bajo el nombre de la galería Menina Caracas.

La exhibición Galería Menina Caracas, nos llevó a recordar la “Ruta de León”, exposición de arte urbano itinerante que en 2012. Cuarenta y cuatro (44) esculturas del león símbolo de Caracas fueron intervenidos por la misma cantidad de artistas seleccionados por un amplio comité de notables de la cultura caraqueña, estos leones fueron exhibidos en los diversos espacios públicos y semi públicos de la ciudad, estos leones al igual que las meninas madrileñas finalizar su andar urbano en una gran subasta.


viernes, 31 de enero de 2025

“Conductores de Venezuela”: La enorme caricatura hecha mural.

 

 “Lo que hice es una caricatura grandísima”

Pedro León Zapata.

  Caracas es una ciudad de la cual es muy fácil hablar mal y echarle la culpa a los demás, cuando la urbanidad es asunto de todos. Lo cierto es, que siempre encontraremos motivos que nos reconcilie con la urbe, una de ellas, es el enorme mural de Zapata que, encontramos cuando transitamos por la autopista más importante de la ciudad llamada Francisco Fajardo, y que ahora lleva el nombre Gran Cacique Guaicaipuro jefe de jefes, como si cambiarles los nombres a las cosas como un acto de autocomplacencia identitaria otorgase un inmediato sentido de descolonización y reivindicación revolucionaria, cuando se necesita mejores servicios. Probablemente colocar la ciudad en modo avión deconstruya la memoria colectiva de una ciudadanía que no deja de perder referencias socio-culturales. Pues, a la altura de la ciudad universitaria, después del acceso a la Plaza Venezuela, en el muro exterior que cumple la función de contención del gimnasio de la UCV conocido por su arquitectura como la cachucha, se encuentra un enorme mural llamado “Conductores de Venezuela”, que ante el retiro de la entrañable escultura de María Lionza del escultor Alejandro Colina se ha convertido en la más hermosa referencia artísticas que tiene esa zona de la ciudad.

El gigantesco mural de cerámica de Zapata titulado "Conductores de Venezuela" (1999), mide de más de 1.500 metros cuadrados de superficie, 150 metros de largo por 11,5 de alto, está compuesto por 40.000 lozas de 20x20 centímetros del ceramista Ricardo Ceruzzi.

Este mural recrea de manera caricaturesca el desplazamiento cotidiano de los ciudadanos por la autopista, en autos particulares y transportes colectivos, puede sentirse el caos y el bullicio en las multitudes de personas que van de un lado a otro en una ciudad donde nadie se pone de acuerdo en la manera de quererla. En centro de la obra encontramos a Simón Bolívar quien  conduce su propio auto, el cual se convierte en caballo. Bolívar es el eje de la nacionalidad en la que sobresalen figuras como el maestro Simón Rodríguez, también encontramos al rector José María Vargas, la escritora Teresa de la Parra y el pintor Armando Reverón. La intención del maestro Zapata ha sido celebrar al habitante en sus marchas y dinamismos cotidianos tintado en su mayor parte de matices del amarillo. Al centro de la inmensa composición, un gran sol sobre un cielo rojo irradia su calidez a todos los conductores de Venezuela.

La fecha de inauguración de este enorme mural se estableció en abril de 1999, concretamente, el día lunes 6 de Abril como un merecido homenaje a quien fuera uno de los hijos predilectos de la principal casa de estudios del país, a un Zapata quien fuera profesor de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, también estuvo al frente de diversos proyectos, cátedras y otras tareas que inmortalizaron su presencia en la universidad.

Pedro León Zapata falleció el día 6 de febrero de 2015, además de profesor, fue pintor, escritor, caricaturista del diario El Nacional y dirigió la revista de corte humorístico El Sádico Ilustrado, integrando la obra de artistas y escritores como: Abilio Padrón, Simón Díaz, Salvador Garmendia, Luis Britto García, Elisa Lerner y Rubén Monasterios, entre otros. Zapata continuó su vida artística como conferencista, hombre de radio y televisión. Realizó para el teatro diseños de vestuarios y escenografías y es autor de una pieza titulada Venezuela Herótica. La gran caricatura de Zapata: “Conductores de Venezuela”, es un homenaje de la UCV a Zapata y de Zapata para la ciudadanía.

Zapata tachirense de la Grita, fue reconocido por sus caricaturas inteligentes y de afilada crítica social. A finales de 1947, viajó a México para aprender las técnicas de los muralistas y realizando estudios en el Instituto Politécnico Nacional de México, en la Escuela de La Esmeralda y en el taller de Siqueiros. También trabajó como profesor en la escuela de Bellas Artes de Acapulco. Mientras vivió en México, Zapata no hizo caricaturas.

La ciudad de Caracas, es reconocida por las obras de cinetismo de grandes maestros de trayectoria internacional, esta tendencia artística en los años 70 estaba muy bien ponderada porque le otorgaban dinamismo y sensación de modernidad a la ciudad.

  “Conductores de Venezuela”, en palabras del mismo Zapata; permite ver la ciudad como un hecho estético, como un espacio donde un colectivo desarrolla su creatividad y sacia su necesidad de rodearse de belleza e incluye elementos de estima, de compromiso, de enamoramiento. El mural se hizo para la calle como planteamiento moderno, diálogo amoroso-humorístico, un elemento de reconciliación del arte como presencia física”.


viernes, 24 de enero de 2025

Trump y la nueva cultura Pop urbana.

 

Trump proclamó una edad de oro para los Estados Unidos, presentándose como rescatador, como liberador y como la persona que va a lograr que un país independiente y soberano, sea independiente y soberano. Salvó la vida en el atentado de julio, porque Dios así lo quiso, exhibiéndose sin el menor pudor como un elegido divino. Sin dudas, Trump será la nueva figura de la cultura Pop de estos tiempos posmodernos, un ser urgido capaz de acabar con la decadencia y la cultura woke, de ir del apocalipsis a la era dorada sin despeinarse, en el mismo momento que ocupe la Casa Blanca.


"Trump está construyendo un muro de mentiras para mantener fuera la verdad", dice Tom Tenney, creador de la obra.

El "Muro de las mentiras", levantado en 2020, no está erigido en la frontera entre México y Estados Unidos, sino expuesto en un barrio de Nueva York, ni tampoco está levantado con alambre, hierro u hormigón, sino construido a base de "mentiras", de más de 20.000 mentiras que supuestamente ha pronunciado el presidente Donald Trump desde que en 2017 asumió el cargo. El fenómeno de la “posverdad” ha sido un claro referente en el contexto político-comunicativo de la administración Trump.


Probablemente, Donald Trump, se erija como las figuras más decisivas en la historia de Estados Unidos, la huella de una época no lo expondrá como magnate de los negocios. Su marca definitoria, reflejara a este personaje como una figura Pop, primeramente, por su negativa a aceptar su derrota en la apuesta reeleccionista de noviembre de 2020, su denuncia, espuria, de que le robaron aquellas votaciones y la incitación a sus partidarios quienes como una colorida comparsa fueron a tomar por la fuerza el Capitolio e impedir el traspaso de poderes en la Casa Blanca en enero de 2021, con el triste resultado de seis muertos, una acción que puede ser tomada como una tentativa de golpe de Estado. De haber sido declarado culpable, habría podido caerle una inhabilitación. Posteriormente, el ex presidente enfrentó una avalancha de demandas, acusaciones, procesos y juicios por múltiples causas, civiles y criminales.

 


El trumpismo contraataca más radicalizado, exprimiendo el lenguaje acerbo y la desinformación, previniendo con ecos autoritarios contra la cultura de la cancelación (wokismo) y urgiendo a que se le vote para "salvar" al país de las "amenazas a su supervivencia". Tales han sido las consecuencias, denuncia Trump, del "desastroso" Gobierno del Partido Demócrata en todos los sentidos. El valedor de las consignas America First y Make America Great Again (MAGA).

 


Trump también fue objeto de dos intentos de asesinato en julio y septiembre, con la confianza que reflejaban las encuestas, de la mitad de sus paisanos. Alegó que salvó la vida por acción divina, por lo tanto, era un urgido. Otorgándole a esa campaña un velo de religiosidad inesperado.

 


Uno de los rasgos más característicos del trumpismo es su poderosa maquinaria de comunicación, hiperactiva en las redes sociales, las webs y los foros de Internet, pero también en varios medios periodísticos afines o simpatizantes, empezando por la poderosa cadena Fox. El movimiento trumpista y su entorno llevan años vertiendo alegatos antisistema, teorías de la conspiración, declaraciones engañosas y bulos palmarios, muchas veces con carga xenófoba o racista.

 


Evidentemente, los defensores de los derechos humanos y civiles, tendrán trabajo, con las políticas contra la migración de Trump, leyes que más que ser un acto de xenófobo, claramente son leyes que promueven la aporofobia que es el rechazo, aversión o miedo hacia las personas pobres o desfavorecidas. El desprecio a la pobreza hace de estos grupos vulnerables los nuevos parias de este siglo.

 


Claro que Trump alega que son sus adversarios políticos y mediáticos los que fabrican fake news a montones para perjuicio de la nación, y que él solo cuenta "la verdad". Truth Social fue, precisamente, el nombre elegido para la red social montada en 2022 por su nueva compañía Trump Media & Tecnología Group (TMTG). Una plataforma para la "voz real de América" a la que en 2024 siguió la readmisión del político en Twitter, ahora X, luego de la expulsión sufrida el 8 de enero de 2021, por decisión de su nuevo dueño, el empresario Elon Musk, nuevo paladín del aspirante republicano.

 


En un plano profundo, los planteamientos nacionalistas, populistas e iliberales de Trump como nueva figura de la cultura Pop tocan de lleno la narrativa posmoderna de que la realidad se construye al margen de los hechos y de que la verdad es moldeable al gusto de los deseos y las creencias.

 


En términos prácticos, el trumpismo no solo se ha apropiado del Partido Republicano, que ha visto desvanecerse su propia identidad, sino que también ha asimilado parcialmente o eclipsado a la llamada derecha alternativa (alt-right), la extrema derecha ajena al republicanismo y valedora del identitarismo o nacionalismos blancos, también es cierto, que Trump, en ocasiones, ha arremetido duramente contra el extremismo y la violencia de grupos supremacistas como el Ku Klux Klan y los neonazis. También es cierto que Trump no ha conseguido seducir a la derecha libertaria, defensora del liberalismo total y del achicamiento o supresión del Estado, que desconfía de sus insinuaciones autoritarias, el encanallamiento de su política migratoria y su propensión al culto a la personalidad.



Aunque Trump es muy hábil en el exabrupto tosco pero eficaz, él nada tiene que ver con la esfera intelectual, por lo que su presencia en las guerras culturales es meramente sobrevenida. Su participación en la batalla más convencional de las ideas políticas tampoco parece consistente, pues los relatos que maneja siempre están expuestos a giros inesperados, aun así, los gobiernos de izquierdas, propensos la propaganda y el culto a su lideres, se ven opacados ante la figura de Trump y a nivel político se encuentran inquietos porque vislumbran tormentas.

 


En todo caso, los artistas urbanos y artivista de todo el mundo no dudaran en retratar y caricaturizar a la nueva figura Pop o al fantasma de las navidades futuras.  




jueves, 23 de enero de 2025

The Dragon Bar 1998-2008: Un viaje a la cuna del arte urbano londinense.

 

Los artistas encuentran una zona barata, la convierten en un lugar de moda, llega el dinero, cuando se van, muere la imaginación y los ‘hombres de negocios’ lo arruinan”. 

 Muchos artículos de este blog, Suele mencionar aquellos espacios urbanos que les han otorgado oxigeno a la cultura emergente y underground de las distintas ciudades. Ejemplo de ello, lo encontramos en el Café de Flore que le dio refugio a la llamada generación perdida de París, por su parte la Beat Generation la encontró en The White Horse Tavern, la movida madrileña tuvo varios espacios donde encontramos El Tupperware y el mítico CBGB que le otorgó cobijo, diversión y reconocimiento a la cultura punks neoyorquina.

Tupperware, barrio Malasaña, Madrid.

No se pude explicar la génesis del arte urbano londinense de los noventa sin nombrar al The Dragon Bar. Con sus muros de ladrillo ennegrecido, las ventanas llenas de pegatinas y sus baños grafiteados, este garito de Old Street se convirtió en el hogar adoptivo de una generación de artistas urbanos que cambiaría el panorama artístico global.

Intervención Lister y Toof 

Mencionar The Dragon Bar ubicado en su momento en el centro de Hoxton, Londres, más que ser un garito referente por las bandas musicales, es reconocido por haber sido testigo del surgimiento y la evolución de figuras que hoy son referentes del arte urbano londinense y a nivel mundial, como Banksy, Faile, Invader, ELK, Mode 2, Eine y muchos otros.

En la década de 1990, Hoxton era un lugar muy distinto al que es hoy en día. Hoxton es un barrio del municipio londinense de Hackney, situado inmediatamente al norte del distrito financiero. El barrio Hoxton, que posteriormente albergaría galerías de arte como White Cube, en los noventas era un lugar desolado, lleno de antros, clubes de striptease, coches quemados y almacenes abandonados. Cualquier pub de la zona tenía más posibilidades de convertirse en un abrevadero para taxistas, beodos y malvivientes que un espacio que marcar la época en la escena artística. Con el pasar de los años este barrio al igual que el vecino Shoreditch, se convirtieron en las zonas de moda de Londres y de los modernos si por este término entendemos a los hípsters que han traído hasta estos barrios sus tiendas llenas de ropas vintage, galerías de arte alternativo, locales de moda y muros decorados con graffitis y arte callejero. Pero como pasa en muchas ciudades, la zona deprimida y anodina en el pasado, gracias a la gentrificación la convierten en vibrante centro para el comercio y el turismo, que poco a poco socava la memoria urbana.

La publicación The Dragon Bar 1998-2008 ideada por James-Lee Duffy y Josh Jones, rescata del olvido la historia de un pub fundamental en la génesis del ‘street art’ londinense. Estos antiguos clientes del bar y autores del libro, hicieron acopio de fotos, historias y anécdotas con el resultado final de una publicación que es el retrato de un bar y el punto de encuentro vital para una generación que redefinió la escena artística londinense.

El libro, nos habla de un bar fundado por Justin Piggott y administrado por Adi Hall, destacando que este era un antro bastante atípico el cual combinaba fiestas improvisadas en los bajos, sesiones de breakdance en el patio y exposiciones en los pisos superiores que se transformó en el patio de recreo de una serie de artistas que revolucionarían el arte urbano. Entre ellos, Banksy, quien allí organizó su primer show en Londres junto al conocido artista francés Invader.

En 2008, tras diez años de actividad y siendo la sombra de lo que había sido en sus buenos tiempos, el pub sufrió un incendio que le llevó a cerrar finalmente sus puertas, sumergiéndose lentamente en el deterioro y posterior olvido a medida que el barrio continuaba su gentrificación hacia el parque temático que es hoy en día. El bar estuvo abierto desde 1998 hasta 2008, el libro The Dragon Bar 1998-2008 contiene 300 páginas donde recogen materiales de múltiples fuentes y procedencias -los dueños, el personal, los clientes- pero, para el aficionado al arte urbano, destaca sin duda la participación de artistas como Banksy, Faile, Space Invader, ELK, Mode 2, EINE, Lucie Flynn, CEPT, Sweet Toof, AIKO y James Jessop.


En palabras de uno de los autores del libro, señala que; “Dragon Bar era un lugar feliz y parte muy importante de la cultura underground de la ciudad, y así quedara documentado, las personas que también solían frecuentarlo así lo atestiguan, pero cuando se van los artistas, muere la imaginación y los ‘hombres de negocios’ lo arruinan”, el caso es, que con la gentrificación, el capitalismo gana y la cultura emergente pierde.

El libro recoge que el conocido artista Ben EINE fue camarero en el bar. El Dragon Bar era el sitio perfecto para que se gestasen nuevas ideas, un sitio donde “la gente haciendo urban art tenía el tiempo, el espacio y la libertad para probar cosas nuevas”. 

El Dragon Bar era un verdadero crisol de arte experimental y las personas que iban allí tenían la libertad de hacer lo que quisiesen. No olvides que no era solo un bar de copas. El sótano y la planta baja eran para beber y montar fiestas, luego el primer piso era un espacio de galería, después  su dueño Justin cedió el piso de arriba a los artistas como estudios y en la parte superior tenía un apartamento. Así que era un verdadero hervidero de actividad las 24 horas del día”. De hecho, tanto Banksy como Faile y Bäst expusieron por primera vez en Reino Unido en ese mítico bar que acabaría cerrando sus puertas en 2008 debido a un trágico desenlace: un misterioso incendio que arrasaría con todo.

Historia oral, colección de anécdotas, álbum de fotos: “The Dragon Bar 1998-2008” hace ver al Dragon Bar de Londres como la cuna del arte urbano, también alienta a los ciudadanos a continuar apostando por el arte outsider. Como movimiento será imposible apartar o mantener apartado el street art de la cotidianidad urbana. Todo lo que necesitas es una idea y algo de tinta o una impresora y un engrudo potente. Mientras haya noche, habrá gente ahí fuera poniendo su arte en los muros”. Esperemos que no se equivoque.

La ciudad de Londres es una de las metrópolis más plurales e importante de mundo, y como todas las ciudades, encontramos esos espacios Snob, es decir, espacios donde la moda y los nuevos usos afectan las costumbres, ideas y opiniones de quienes residen en ellos, y este fenómeno suele cambiar de lugar constantemente, como por ejemplo el Soho que fue el barrio londinense de moda en los 60 este fue seguido por Chelsea en los 70 y Notting Hill en los 90.  Ahora el lugar de moda es la zona de Shoreditch dónde solo no verás riadas de turistas, tiendas, teatros, cafeterías, restaurantes, oficinas y galería donde el arte es mercantilizado.