Este aciago 2020 nos trajo la
triste noticia de la muerte de Tamara Djurovic, artista de 46 años,nacida en argentina 1974
y afincada en España desde 2005, conocida como Hyuro, quien falleció en la mediterránea
ciudad de Valencia, dejándole un importante legado en sus muros y a otros
tantos muros de medio mundo que ahora están de luto. No hay duda, que el legado
pictórico de esta artista es de un inapreciable valor porque Hyuro fue una de
las pocas mujeres que ha conseguido abrirse paso en el campo del muralismo
internacional. Un terreno que los hombres copan y en el que apenas unas cuantas
mujeres han conseguido hacerse camino, porque además de talento y motivación
hay que tener mucho coraje. Sin lugar a ningún tipo de dudas, Hyuro ha sido una
de esas mujeres que en cada mural nos entregó arte e intrepidez.
Si revisamos la trayectoria
de Hyuro encontramos que a lo largo de los últimos 10 años, ha recorrido muchas
ciudades, desarrollado sus proyectos en su Argentina natal, Brasil, México,
Estados Unidos, Marruecos o Túnez, así mismo como en gran parte de Europa. Pero
es en la ciudad de Valencia donde desarrolló la mayor parte o las más
importantes intervenciones de su trayectoria. Esta artista ha trabajado en
sintonía con los múltiples contextos sociales con los que se ha encontrado.
Mostrándose más que como artista como una persona reivindicadora y solidaria
con las distintas causas, podemos notar su participación en la primavera
valenciana del 2012 y su apoyo irrestricto al feminismo, aunque sus
intervenciones ha recorrido toda la península ibérica con sus murales y a
pesar, que muchas de sus obras con el paso de los años se han desvanecido,
todavía podemos encontrar algunas de sus intervenciones en el centro histórico
de la ciudad de Valencia. También se conservan tres de las paredes más icónicas
de la ciudad. Un homenaje a Jane Jacobs que pintó en el barrio marítimo del
Cabanyal; su participación en el proyecto Sense Murs, en el barrio de la Punta,
con la figura gigante de una mujer defendiendo la huerta con tomates; así como
su intervención en la fachada del edificio de La Base, en la Marina, donde
realizó una de sus conocidas escenas de multitudes.
En 2019, participó en "Murales
Interactivos Mujeres de Ciencia" impulsado por la Universidad Politécnica
de Valencia (UPV) y el centro de innovación Las Naves del Ayuntamiento de
Valencia, en colaboración con la Fundación Española para la Ciencia y la
Tecnología (FECYT) del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.
Considerado mejor proyecto del año de divulgación científica por la Red
Nacional de Unidades de Cultura Científica y de la Innovación (UCC+i), incluye
ocho murales en distintas partes de la ciudad de Valencia. En esta iniciativa,
la artista colombiana Natalia Gallego "Gleo" intervino en el barrio
de Nazaret con una obra dedicada a la matemática Katherine Johnson, y Hyuro
participó haciendo un mural en el barrio del Carmen homenaje a la urbanista Jane
Jacobs. Aparte de estas dos obras, hubo otras dedicadas a la bioquímica
Margarita Salas, a la astrónoma, matemática y filósofa Hipatia de Alejandría, a
la cosmonauta Valentina Tereshkova, a la oncóloga Ana Lluch, a la oceanógrafa
Josefina Castellví y a la ingeniera Hedy Lamarr.
Las intervenciones de Hyuro ha sido un trabajo que al igual que los muros fueron madurando en forma y color. Sus dibujos que al principio era de composiciones sencillas, de un trazo limpio y delator, lo suficientemente contundente para mostrar lo que deseaba expresar, encontrábamos que sus trabajos trataban sobre la mujer, su mundo interior, la situación social, la feminidad, el trabajo o el aislamiento. No obstante, estas intervenciones pasaron a ser más complejas sin perder ese carácter contestatario, paso a paso su dimensiones se agigantaron pasaron a ser más elaborados y seductores.
Los murales de mujeres destacan por el buen uso del color y la fuerza innata que reflejan, pintada a menudo sin rostro, para que todas las mujeres se vieran reflejadas en ellas. Aquellas eran mujeres que con el gesto de sus manos y de su cuerpo muestran que luchan a diario por un espacio equitativo en la sociedad. Pero lejos de etiquetar a esta artista de ser una enfurecida feminista, debemos decir que las mujeres de Hyuro son luchadoras, con un delicado y artesanal discurso reivindicativo, político y de género que le otorga el arte; que nos habla de una realidad o la vida cotidiana de manera creativa.
Hyuro recurrió a los muros
no como un panfleto reivindicativo sino como un espejo en el cual se proyectaba
a la vez de ser un espacio donde buscarse constantemente como una nueva
oportunidad que invitan a los paseantes a un acercamiento. Hyuro es de esas
artistas que supo incorporarse a la ecología del espacio urbano para dialogar
con la calle con respeto y cariño.
Arte urbano, el muralismo y
todos somos afortunados de haber tenido a Tamara Djurovic, porque Hyuro aun
permanece en los muros de la ciudad Valencia, ciudad que la adopto como una
hija más, algo que Hyuro supo agradecer en cada intervención, en cada ladrillo,
desde luego, todas las mujeres con historias feministas que sus pinceles supieron
honrar.
Solo basta que la calle la
piensen para que Hyuro sea un buen recuerdo. Solo nos queda darle las gracias a
Hyuro por haber sido parte de nuestro universo y desearle un buen
viaje.
@h_y_u_r_o