Ante
el definitivo retiro por motivos de salud de Douglas Garcia del ámbito del arte
y artivismo público, decidimos reproducir la entrevista que le realizó la
artista Gladys Calzadilla para el blog Artistas Venezolanos el 3 de diciembre
de 2012
Desde hace un
tiempo queríamos hacerle una entrevista al museólogo, investigador y artista
Douglas García R, es decir, entrevistar a la persona responsable de todas las
actividades de la plataforma creativa urbana Taller de bicicletas. Para tal
fin, solicitamos el apoyo de la profesora universitaria y artista Gladys
Calzadilla para que en nombre de Taller de Bicicletas entrevistara a nuestro
coordinador, de manera que la misma resultase más imparcial y desde luego, más
espontáneas,.. Este fue el resultado.
¿Por qué irrumpir
en la cotidianidad del transeúnte?
Y
por qué no hacerlo, si Caracas está llena de irrupciones, por todos lados
encontramos a vendedores ambulantes o avisos publicitarios que invaden todos
los espacios urbanos disponibles y que suelen convertirse en un ruido
visuales,.. En el caso de Taller de Bicicletas, las interferencias son experiencias
creativas, a medio camino entre arte urbano, la agitación social y de ese
performance de herencia situacionista y son absolutamente temporales. Para ello
convocamos a la misma ciudadanía, con propuestas sencillas que llaman a la
participación, porque las ciudades necesita cada vez más de una ciudadanía
creativa, en convivencia y complicidad, sobretodo, que los artistas sean de
nuevo ciudadanos, y eso es un buen motivo.
¿Cuál es la diferencia entre Arte Urbano,
Arte de Calle, Arte Público?
En
la praxis, las diferencias no existen porque todas son expresiones que se
funden en el espacio público. Pero entendamos que la calle es una estructura estable
susceptible de ser diseñada y el arte de calle puede verse como un diseño. Lo
urbano es otra cosa, es el conjunto de relaciones que conforman nuestra manera
de vivir, por lo tanto, su entorno es inestable y momentáneo, y por el hecho de
ser entorno hay una mayor contribución. En el caso, del arte público, este
tiene teorías más complejas, porque no es sólo arte en la calle, es lo urbano,
su espacio público, su espacio social, es a la vez, el espacio del suceso, es
lo simbólico y lo funcional, lo antropológico, lo ecológico, lo filosófico y
todas esas configuraciones urbanas que compone la arquitectura humana de una
ciudad, todo eso, son objetos a revisión y posterior compresión. De hecho, el
arte público sólo era revisado por las distintas facultades de arquitectura y
urbanismo, y eran ellos, quienes determinaban y diseñaban nuestro espacio público,
sembrando de monumentos dichos espacios, una práctica que se intensificó con la
modernidad y que se le llamó despectivamente “plop sculture”, algo que por cierto,
en Caracas se realizó mucho en los años setenta. Ahora mismo, esa práctica es anacrónica porque la urbanofilia ha alcanzado a todos los urbanitas
que ahora son arte y parte de cada espacio urbano. En definitiva, el arte
público ahora es materia de estudio para facultades del arte, filosofía,
sociología, en fin, no hay revoluciones sin calle, todos y cada uno somos participes del arte en nuestra ciudad.
¿A lo largo de tu
trayectoria que te hizo elegir el Arte Público?
Cuando
me gradué en la antigua Reverón, mi vocación siempre estuvo dirigida a la
museología. De hecho, coordiné por varios años el premio de arte Salón Juan
Lovera, pero cuando hice el post grado en museología en España y el doctorado
en “Nuevas tendencias del arte contemporáneo” con el catedrático Miguel Molina,
quien por cierto vino al país a dictar cátedra de arte sonoro, me enteré a
través de ese doctorado, que el graffiti nace en París en el año 63 y que los
parisinos reivindican el arte urbano como parte de sus muchos legados a la
historia del arte, además, percibí que los europeos son muy respetuosos con sus
espacios públicos, y a pesar de ese respeto, los espacios son espacio activos y
no de mera contemplación, entendí que si existe una ideología ciudadanista en
el arte callejero, probablemente poco sincera, pero existe. Por todo ello, me
cambié de doctorado apuntándome en el doctorado
de Arte Público. Gracias a eso y a la museología fui invitado a coordinar y
participar algunos festivales de arte público en España, y claro, también me
hice artista urbano.
¿Cómo prefiere
trabajar individual o colectivo?
Definitivamente,
me siento cómodo trabajando en colectivo. Reivindico con ello al arte público
como arte social y al activismos a través de las arte como una de las tantas
soluciones urbanas. Sobre todo, porque en España siempre trabajé con la
complicidad de amigos, incluyendo a la comunidad donde vivía. No obstante, no
tengo problema en trabajar en solitario, porque también soy un artista visual,
y a mi manera de ver las cosas, la soledad suele mediar entre el artista y su
obra.
¿Qué deseas se
produzca en el espectador al encontrarse con tu obra?
En
realidad, deseo que ellos sean participantes más que simples espectadores,
porque el arte público es el “arte de hacer ciudad” y no un arte para la
ciudad. Por ello, muchas de nuestras intervenciones como Taller de Bicicletas
están basadas no sólo en el arte urbano, también en el reciclaje y en lo
social, como bajar esos pendones que gravitan en todos los postes del alumbrado
público de la ciudad que tanto ruido visual producen, pintarlos y montarlos de
nuevo como una pieza de arte, eso es participación ciudadana. Pero si de deseo
se trata, desearía producir en la ciudadanía un estado de bienestar y que
personas que no se conocen y que probable nunca más vuelvan a coincidir, se
encuentren para hacer lo mismo a favor de la ciudad. Que finalmente, todos
tengan una catarsis para llevarse a casa.
¿Qué instituciones
o empresas te han apoyado?
Si
supieras que no hemos tenido apoyo significativo de sector privado, porque las
pocas empresas que se han interesado en nosotros nos han solicitado propuestas
que obedecen más al mercadeo de su producto que al arte público y nos negamos a
convocar gente para mercantilizar un producto. Recuerdo que en el 2010, la Coca
Cola hizo un evento con los pendones que le sobraron del mundial de fútbol para
usarlos como soporte para el arte, y claro, pensamos que si nos hubieran
apoyado a nosotros con nuestra propuesta de pendones que iniciamos en 2009, los
alcances, probablemente, hubieran sido otros, aun así, fue estupendo que sin
contar con nosotros, se hicieran.
También,
es justo decir, que las instituciones educativas tampoco apoyan mucho que
digamos al arte público. En mi caso, tuve que dejar la docencia en la universidad
José María Vargas porque la coordinadora general de Arquitectura y Diseño no
estaban de acuerdo que mis alumnos participaran libremente en intervenciones en
el espacio público. Y es muy triste, que las instituciones piensen más en sus
bolsillos que en su ombligo como institución educadora dentro de una ciudad con
tantas problemas que necesitan afrontados. No obstante, debo agradecerle en
nombre de esos mismos alumnos a la gente de Fundalamas y la dirección de
cultura del Municipio Sucre, por el apoyo prestado para realizar eventos como
Urbanitas o la interferencia de Petare donde acudieron más de 300 personas y,
también al IARTE quienes recientemente nos invitó montar la 4ta edición
Urbanitas en el marco de la ruta nocturna de los museos, desde luego, a la dirección de cultura del Municipio Hatillo.
Por lo demás, hemos participados en festivales como Por el medio de la calle y
Hatillarte que son eventos edificados para apoyar la creatividad de la ciudad,
demostrando que el arte público también es un buen negocio donde nos
beneficiamos todos.
¿Cuál es el origen
de Urbanitas y su función en el arte venezolano?
Caracas
de los últimos años ha estado marcadas por la turbia relación que tiene la
ciudadanía con la política. El caso, es que cada día más, nos encerramos en
nuestras casas, y es casi, un sueño imposible visualizar una ciudad amable y
sin conflicto. Por ello mismo, los ciudadanos se han hecho más dependiente de las
redes sociales… Pues, de esas necesidades de espacios públicos y encontramos un
aliado tan efectivo como Facebook para hace nuestro evento Urbanitas… Ahora,
¡qué función tiene Urbanitas para el arte venezolano!, pues, sería pretencioso
decir algo al respeto, porque tenemos claro, que no podemos transformar a una
ciudad a punta de intervenciones. Por lo tanto, sólo esperamos que la historia
del arte venezolano en su momento tome en cuenta que Taller de Bicicletas ha
sabido unir el arte de los ciudadanos con la de artistas tales como Luis
Salazar, Mariantonia Blanco, Hayfer Brea, Fe, Flix, Saz Oner, Muu Blanco,
Andreina Acero entre otros muchos, todo con el único fin de retomar los
espacios urbanos que por desidia y los altos índice de criminalidad hemos
abandonado. También es cierto, que se ve más manifestaciones creativas y
ciudadanas a favor de los espacios perdidos de esta ciudad, y así lo demuestran
colectivos como Ser Urbano o manifestaciones como Masa Crítica.
¿Tienes proyectos
que nos puedas contar?
A
decir verdad, mi proyecto es hacer cada día más y más amigos a favor del arte
público, porque somos artistas a la vez que somos ciudadanía activa. Creo que
si nos lo permiten, podemos hacer mucho arte público y social en espacios
urbanos con los distintos factores políticos de una ciudad como la nuestra. En
todo caso, tengo o tenemos un proyecto que deseamos retomar y, es que en su
momento había conversado con una galería
para tomar el tema de lo urbano pero llevarlo a la ilustración y al espacio
interior, de manera, de darle cabida en galerías alternativas, incluso,
llevarlo a los museos como se hace en muchas ciudades del mundo, en fin, ya se
ha hablado con dos museos... a ver qué pasa.
¿Qué le recomiendas
a los que deseen tomarte como referencia y hacer Arte Público?
En
lo personal, siento que soy uno mas, no obstante, como investigador he escrito varias cosas sobre Arte Público que afortunadamente han
sido publicadas, tanto aquí como España, Colombia, Chile y Ecuador, y que se
pueden encontrar por Internet, asimismo, la Plataforma Taller de Bicicletas
también tiene muchas referencias publicadas aquí y algunas reseñas en México,
Argentina, EE. UU y España, que también puede encontrarse en Internet. Pero la
referencia más importante es trabajar creativamente en función de una problemática que se desee visualizar, en estos últimos años la gente ha entendido
que los problemas que padece la ciudad no son problemas teóricos, por lo tanto,
hay que activarse y salir a la calle para corregirlos, y es bastante placentero
ver que hay mucha gente haciendo de la ciudad un espacio plural y
participativo, y eso es una buena noticia. Por ello, Taller de Bicicletas no es
la obra de un solo hombre, de hecho, esta plataforma en sí misma es una auto referencia urbana, porque además del aporte de artistas aliados y de ciudadanía, ha tenido
el apoyo de muchos coordinadores quienes como Vanessa Avendaño o Esther Garcia
han sabido conjugan propuestas y revisar nuevas posibilidades de interferir el
espacio urbano de una manera cordial, grata y creativa. Por lo que la
recomendación sería, que dejemos atrás tanta teoría o charla sobre la ciudad
pasada y la ciudad posible y, volvamos a salir, a bajar de los apartamentos
para permanecer en la calle, para sentir, disfrutar, porque la calle debe
volver a nosotros.
Mil
gracias Gladys por la entrevista.